CARLOS ALBERTO ESTEFAN UPEGUI | El Nuevo Siglo
Martes, 5 de Agosto de 2014

La imprevisión del Niño

 

Los preámbulos del fenómeno del Niño, particularmente en La Guajira, Magdalena y el Atlántico, son apenas una muestra de lo que podrá llegar a suceder en el resto de Colombia en el mes de octubre de este año, y prolongarse supuestamente hasta enero y febrero del próximo.

Por lo menos así lo ha anunciado el Ideam, con pronósticos más confiables que los de hace algún tiempo cuando lo anunciado por los organismos expertos en la materia no coincidía con la realidad. Eran las épocas en que teníamos que consultar el Almanaque Bristol.

Entre tanto, hoy cuando los avances tecnológicos hacen posible conocer con más exactitud los fenómenos naturales que han de presentarse, no tiene explicación que las consecuencias por no preverlos lleguen a extremos de incalculables proporciones en contra de la población. Pues, sabiendo la severidad con que se han de presentar, deben tomarse medidas con la debida antelación, sin dejar para lo último la declaratoria de emergencia en medio del desencadenamiento de los hechos. No se trata tampoco de alarmar a la gente ni plantear un escenario apocalíptico; pero sí por lo menos, prepararse con responsabilidad para mitigar su impacto.

Pues bien, para no ir muy lejos la Procuraduría para el Medio Ambiente, la semana pasada llamó la atención a más de 500 alcaldes, quienes a estas alturas no han presentado su Plan de Emergencia.

Igualmente hay casos que comprometen al Gobierno nacional como sucede con la represa de Rancherías en La Guajira, en donde por falta de previsión las poblaciones vecinas a la misma se quedaron sin la infraestructura para el abastecimiento de agua, desconociendo que en orden de prioridades primero esta el consumo humano.

De otro lado, siendo la Seguridad Alimentaria una obligación del Estado, razón por la cual los gremios del sector agropecuario han advertido sobre la necesidad de contar con el apoyo oficial suficiente, no se entiende cómo el Ministerio de Agricultura y la Junta Directiva del Fondo Nacional de Gestión de Riesgos de Desastre,están esperando a que se declare la emergencia por parte de la Presidencia de la Republica para comenzar a asignar los recursos disponibles con este fin. Es el momento de actuar, cuando aún en el interior del país hay pastos y cultivos por cosechar y almacenar. Ahora es cuando hay que hacer las inversiones tendientes a sortear el rigor del fenómeno en los meses venideros.

Los ganaderos a través de Analac, organismo gremial que representa a los productores de leche del país y defiende sus intereses, adelanta acciones preventivas encaminadas a garantizar el abastecimiento de la demanda interna, para lo cual han presentado proyectos por 30 mil millones de pesos. Lo propio han hecho otros gremios. Triste sería que el presupuesto del Gobierno asignado con ese fin terminara ejecutándose cuando ya sea tarde.

No podemos permitir que por negligencia de los organismos oficiales vaya a sobrevenir el desabastecimiento de comida, para no hablar del  racionamiento de agua, escasez de energía, y su impacto generalizado en lo económico y lo social.