Juan Camilo Cárdenas es autor del artículo “Paz como Tranquilidad” y tal título es engañoso al producir, a primera vista, la impresión de falta de profundidad, lo cual es una visión incorrecta. El argumento central e inicial es el siguiente: “la consolidación de la paz en Colombia requiere una transición en la que dejemos de entender la paz solo como seguridad y pasemos a construir una noción de paz con tranquilidad”.
El autor señala que “la seguridad puede ser necesaria, no es suficiente para construir una sociedad en paz”. El alcance ha de ser comunal, no individual e incluye integridad física, protección de los derechos de propiedad y participación del Estado y el mercado en adición a lo indicado de la comunidad (cuestión tripartita y simultánea) con “lazos de interacción social duraderos, eficientes y bajo una distribución justa de derechos, obligaciones y resultados”; alega Cárdenas que enfocar la paz “como un problema de seguridad ha derivado en soluciones estatales imperfectas y en mercados legales e ilegales que impiden precisamente la tranquilidad”.
Cárdenas indica el papel positivo y necesario de la confianza resaltado por otros autores también incluidos en ¿Cómo Mejorar a Colombia? 25 ideas para reparar el futuro (Ariel, Universidad Nacional de Colombia, Editorial Planeta Colombiana, Bogotá, 2018) por Mauricio García Villegas (editor). La confianza entre los colombianos es muy baja y tal situación incluye al vecindario y la familia y la medición global negativa llega al 95,2% y la positiva al 4,1% como resultado de procesos de prueba y error entre vecinos y extraños, es decir, actos repetidos; en Colombia fracasa el bien público de la defensa de la vida porque no le llega a todos.
La confianza se asocia a mayor crecimiento de la economía, robustez institucional y funcionamiento del Estado y la desconfianza conlleva mayores costos de transacción. Hay tendencia a mayor relieve de los lazos familiares en América Latina y se deben impulsar los nexos con el vecindario mediante solidaridad de las redes sociales. Cárdenas amplía su modelo mediante la inclusión de los bienes universales, públicos y privados: la paz aparece en el primer concepto, el vecindario ayuda en lo público. Definiciones pertinentes: la tranquilidad es “entendida como la paz compartida” y ésta “depende de qué tanta tranquilidad disfruten mis vecinos”, lo cual trae el concepto de “tejido social”. Los bienes públicos son aquellos “cuyo consumo por parte de los demás no reduce mis posibilidades de beneficiarme del mismo bien”. El Estado asume el monopolio de las armas y del ejercicio de la fuerza y la reducción del crimen y la violencia.