ASIMETRÍAS
Presupuesto grande
Se lee en estos días en los diarios que Bogotá tendrá el presupuesto de inversión social más grande de su historia en 2015, como si esto fuera un logro y no una tristeza enorme. Para comprender esto revisemos tres temas que explican lo infortunado de esa noticia.
Comencemos por esa extraña necesidad que tenemos de gigantismo colombiano, donde todo se presenta como lo mejor, lo más grande, lo “más” nuevo o incluso como lo “último”, con una absurda grandilocuencia para decir que lo que hacemos es “enorme”, situación que es “enormemente” representada por las obras de Fernando Botero y muy en particular en su naranja, que sin duda debe ser una de las más grandes del mundo, pero cuando se mira con cuidado, hay un gusano saliendo de ella, como diciendo que ya está podrida por dentro.
Paso seguido, es obvio que el presupuesto de 2015 debe ser el más grande de la historia, a menos que haya menos población o una contracción inesperada de recaudos o necesidades; siempre los medios y algunos comunicadores políticos afirman que el logro es el “más alto de la historia” siendo esto tan evidente que no se dan cuenta de lo ridículos que se ven cuando lo dicen. Finalmente, el verdadero dolor radica en que a estas alturas, si la ciudad ha reducido su pobreza, desempleo y mejorado las condiciones sociales después de más de 10 años de gobiernos de izquierda, es incoherente que el gasto social siga aumentando, demostrando que queda mucho por hacer y que lo que se ha hecho no es sostenible. El caso de la educación es un buen ejemplo: mucho se ufana la ciudad de tener cobertura universal, gratuidad y buenos resultados académicos, al punto de pensar en consolidar la jornada única, en una población que demográficamente se reduce y que requiere un menor gasto total año tras año, aunque este se incrementa porque no todo está complemente financiado.
Es muy difícil que los técnicos compitan con los políticos, porque en muchos casos los segundos hacen afirmaciones ligeras sin tener un fuerte soporte para hacerlo, y simplemente un técnico nunca haría eso, por eso leer que “tenemos el presupuesto social más grande de la historia” es como leer que los chinos dijeran “tenemos más chinos que nunca y por eso necesitamos más arroz”.
Colombianada. Parece que el gasto social por subsidios es el nuevo opio del pueblo.
@consumiendo
*Presidente de Raddar