Las razones
El proceso de paz llegó al punto de tener la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas (casi todos investigadores políticos), que no es la comisión de la verdad, sino un grupo de personas que deben indagar, interpretar y lograr el mejor diagnóstico posible de las causas del conflicto armado en Colombia. Esto ya ha generado comentarios y deja muchas preguntas. Es fundamental tener una visión presente de las causas de este conflicto más allá de las gallinas y cerdos que mataron, de las lecturas sectarias o del reduccionismo de una lucha de clases o un choque de pensamientos políticos.
Desde los comienzos del Frente Nacional se han hecho diversas comisiones y estudios sobre la violencia, que ninguno ha podido llegar a decir cuáles son las verdaderas razones para que una cantidad pequeña de personas se levante en armas contra el Estado. ¿Es la desigualdad? ¿La concentración de la tierra? ¿Abuso del poder de algún momento? ¿Es por qué se cree que una forma de Estado es mejor que otra? Y muchas otras preguntas que no sólo son casi imposibles de contestar, sino que aquellos que podrían hacerlo -así fuera de manera subjetiva- ya están muertos.
Necesitamos saber por qué pasó esto, pero debemos saberlo de la manera más cercana a la verdad de ese momento y no con los ojos de hoy, porque esto hará que no entendamos el origen del problema, y nos quedará difícil solucionarlo. Paso seguido es determinar por qué el conflicto continuó, y ya carente de discurso y alejado de la realidad nacional, causando un efecto perverso en el desarrollo, la redistribución y la equidad.
Debemos saber por dónde comenzó todo y por qué se mantuvo, para poder plantear las salidas, y comenzar a aceptar la verdad que hay detrás de todo; el gran problema es que hacer esto 60 años después puede tener más de interpretación que de realidad, de puntos de vista que de evidencias, y de una agenda política que de escribir la historia de manera objetiva. ¿Cómo evitar que esto ocurra? Dejando que las evidencias hablen y no que se interpreten según la necesidad, porque cuando se debate un evento histórico entre dos personas de posiciones políticas diferentes, se puede caer en la tentación de buscar un acuerdo o un punto medio, y esto es muy lejano de la verdad. Esperemos que esta Comisión no sólo nos muestre su documento final, sino las actas de las reuniones, que queden las grabaciones y que los documentos soporte de este estudio sean libres para el público, o de lo contrario las personas pueden pensar que también se negoció cómo quedaría escrita la historia.
Colombianada. En toda historia el bueno y el malo lo define quien la escribió.
@consumiendo
*Presidente de Raddar