Quisiera decir que ya tocamos fondo. Pero todos sabemos que no. Sin embargo, eso de leer la noticia de que un maniático transmitió en vivo por Facebook la forma en que asesinaba personas inermes en Memphis me impactó tremendamente.
El titular reza: Ezekiel Kelly, de 19 años, fue detenido por la policía local. Se grabó en directo a través de las redes sociales en el momento en que descargaba su arma contra un hombre dentro de una tienda comercial. Se escribe fácil, pero es una barbaridad inconmensurable. La violencia en vivo y por una pantalla. ¿Cuál será el fondo de este abismo?
Y queda la duda si Facebook, y en nombre de ella todas las redes sociales, pueden hacer algo mejor. Facebook, el más grande de todos, es muy efectivo a la hora de vender perfiles de millones de personas a marcas interesadas en vender. Ese, básicamente es su negocio: identifican los gustos, preferencias y quién sabe qué más detalles de sus usuarios, a partir de sus publicaciones y sus hábitos de navegación, y comercializar estos datos en modo publicitario.
En lo que no es muy efectivo Facebook es en la prevención de perfiles peligrosos. La red azul es muy comedida con las marcas, pero no tan efectiva cuando las autoridades les solicitan información. Y esto tiene una explicación. Las autoridades sí pueden acceder a la información privada de un usuario en una red social, pero se requiere un permiso judicial para tener disponible estos datos, por cuestiones de habeas data. Acá se abre una caja de Pandora.
¿Podría Facebook, de forma proactiva, alertar a las autoridades cuando un usuario o un grupo de usuarios publican contenidos amenazantes o publicaciones abiertamente xenófobas? ¿Puede Facebook con esos poderosos algoritmos que tiene, y que sirven muy bien para determinar qué compra y que no compra un usuario, advertir de un posible comportamiento que desemboque en un acto de violencia?
Desde lo técnico, la respuesta es afirmativa. Estoy convencido de que Facebook podría monitorear a usuarios potencialmente peligrosos y poner en sobreaviso a las autoridades. Desde lo ético, habría que dar una larga discusión, porque se puede caer en actos de odio, de prejuicio o de calumnia.
Somos testigos de la degradación humana y soy un fiel creyente de que la tecnología, de que el Big Data, puede ayudar a prevenir que ocurran alguno de estos hechos abominables. Quizá y ya ocurra. Lo cierto es que Facebook, y acaso todas las redes sociales, sí tienen algo más de responsabilidad que sólo bajar el video. Porque sí son tan buenos para personalizar para vender, también lo deberían ser para evitar alguna masacre.
Llegamos a un punto de degradación insostenible. Vivimos una época virulenta. Un día pasa algo horroroso y al siguiente algo todavía más horrible. Y todo lo vemos en tiempo real desde nuestro celular. Es un momento de extrema violencia y de extrema estupidez. Lo que está seguro es que en pocos meses pasará algo que supere la vergüenza de ver en vivo como un maniático asesina personas inermes mediante una pantalla.