Amylkar D. Acosta M* | El Nuevo Siglo
Martes, 8 de Septiembre de 2015

Es la economía, estúpido

 

James Carville, asesor de campaña del expresidente de EE.UU. Bill Clinton en 1992 cuando este se enfrentaba sin éxito a Bush padre, le dio un giro a la campaña con su frase “es la economía, estúpido”, al conectar a Clinton con el elector, catapultándolo desde la Gobernación de Arkansas a la Casa Blanca. Traemos a colación este episodio para referirnos a la patética situación por la que atraviesa la economía venezolana, estragada por cuenta de los desatinos de la política. No se equivocó el gran hacendista colombiano Esteban Jaramillo cuando dijo “dadme una buena política y os daré una buena economía”.

Y este es el caso de Venezuela, en donde su petrolizada economía está a punto de la implosión. Por más que se trate de encubrir su crisis valiéndose de cortinas de humo como la supuesta “guerra económica” que le han declarado desde el exterior, son los fundamentales de la economía los que están fallando. Ya lo había advertido premonitoriamente el visionario pensador venezolano Arturo Uslar Pietri cuando dijo en 1936 que por esa vía Venezuela se convertiría en “un inmenso parásito del petróleo, nadando en una abundancia momentánea y corruptora y abocado a una catástrofe inminente e inevitable”.

Bien dijo Buffet, que cuando baja la marea se sabe quien estaba nadando desnudo y la caída de los precios del crudo ha puesto en aprieto a la economía y las finanzas de Venezuela, que depende en un 96% de las exportaciones de petróleo. No obstante tener las mayores reservas de petróleo del mundo, a duras penas produce 2.7 millones de barriles/día y exporta 2.3 millones. Y lo que es peor, aunque parezca increíble, al tiempo que exporta también importa, tanto crudo como combustibles.

Buena parte de su producción ya está comprometida con China, con quien tiene contraída una abultada deuda, la cual sirve exportándole crudo y con este le paga también sus crecientes importaciones de manufacturas. De allí el descuadre en sus finanzas públicas, sobre todo porque cada dólar que cae el precio del barril de petróleo Venezuela deja de recibir US$ 700 millones, lo cual se agrava con la caída de sus exportaciones de crudo. El déficit fiscal que arrastra fue del 14% el año anterior y se proyecta este el 20%.

Para completar “este cuadro amenazador” del que habló Uslar Pietri hablemos de la profunda estanflación en que está sumida la economía venezolana, que se contrajo el -4% el año anterior y ahora tanto el FMI como el Banco Mundial coinciden en su proyección de un decrecimiento del PIB este año del -7%. Que no siga, entonces, el presidente Maduro buscando cabezas de turcos en donde colgar sus fracasos. Es la economía venezolana, “la peor manejada del mundo” según la revista británica The Economist, en donde está el origen de sus dificultades, debe ocuparse de ella a riesgo de que si no lo hace colapse.

www.amylkaracosta.net

*Exministro de Minas y Energía