Alfonso Orduz Duarte | El Nuevo Siglo
Sábado, 20 de Febrero de 2016

A TRAVÉS DEL TEODOLITO

Plebiscito o Constituyente

“Convocar a una Constituyente es como soltar una fiera con  condiciones”

 

Parece  que la controversia sobre el tema de la paz,  tras los largos e interesantes meses de  conversaciones lleguen a su fin en La Habana, se remite a preguntar cómo será  la formalidad para que la ciudadanía manifieste su conformidad o no con los acuerdos a los cuales se llegue y si quieren que terminen estos cincuenta años de guerra.

 

La primera pregunta que se hacen quienes son ajenos a las formalidades, legales, jurídicas o constitucionales que se deben cumplir para lo que se convenga en La Habana para su validez y obligatoriedad, además de la voluntad expresa y manifiesta de los firmantes, en este caso el Gobierno y los representantes de las fuerzas insurgentes llamada por ellos mismos las Farc es  ¿El gobierno legítimo como el actual puede, legal y constitucionalmente, comprometerse a hacer la paz y a cumplir con los compromisos que se adquieren siempre que estos no sobrepasen las facultades  de las cuales está investido?

 

La otra parte, la guerrilla,  como no está ligada con su gente por lazos diferentes a la violencia, a la destrucción y al aniquilamiento de todos lo que esté conforme a sus propósitos como son los de cambiar el sistema de vida, de organización social y democrática que nos hemos dado, por las vías violentas como lo han hecho hasta ahora, bien puede comprometerse a informar a su gente que  cambian las armas físicas, por aquellas que pone a disposición de todos los colombianos la Constitución Nacional como son la libre confrontación de las ideas y de los modelos que ellos tienen para manejar la cosa pública.

 

Si el primer interrogante tiene respuesta afirmativa, no hay más que agregar. Pero respetuoso, como ha demostrado serlo, quiere informar todo lo que se ha convenido entre las partes. Claro que a muchos nos tocará pasar un montón de arreglos que nos repugnan. Todos aquellos que mataron, no se pueden olvidar; por ejemplo, la barbarie que se cometió con los fieles que asistían a oficios religiosos en Bojayá y muchos otros asesinatos, que ojalá no se queden impunes.  Pero como se trata de hacer las paces, como se decía entre hermanos cuando peleaban, hay que pasar por alto muchos actos de estos que enlutaron el corazón colombiano  para que no vuelvan a suceder.

 

¿Queremos la paz?  Preguntarlo pública y formalmente es lo que se llama plebiscito,  que según la etimología latina viene de la palabra plebe que era la clase social más baja en la antigua Roma. Hoy la comprensión de este concepto ha migrado hacia todo el pueblo, independientemente de la clase social a la cual pertenezca porque ya no existe la nobleza como existía en Roma. Convocar a una constituyente para reformar la Constitución es como soltar una fiera con  condiciones. Eso es imposible, ya la experimentamos con la constituyente que le dio vida a la del 1991. Fue convocada para unos temas determinados, una vez suelta se convirtió en libre y soberana y se ocupó de asuntos para los cuales no fue convocada.