A TRAVÉS DEL TEODOLITO
Cesó la horrible noche
“Se abre puerta del optimismo con Peñalosa”
Parece ser que cesó la horrible noche: tres períodos en la alcaldía de partidos de izquierda tocarán a su fin el próximo 1 de enero cuando tomará posesión del cargo de Alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, elegido en las pasadas elecciones en incontrovertibles en las cuales se puso de presente la capacidad de reflexión de los votantes bogotanos. Estos le pasaron la cuenta de cobro electoral, en particular a Gustavo Petro, último de esta trilogía de mandatarios locales que no hizo más burradas porque no le alcanzó el tiempo. Claro que todavía le quedan unos pocos días durante los cuales bien nos puede sorprender, en uso de sus facultades legales y constitucionales que solo se agotan a las doce de la noche del próximo 31 de diciembre. No tendríamos que extrañarnos de cualquier exabrupto que se le pueda ocurrir.
Gran tarea le espera a Peñalosa que llega con el beneplácito de la mayoría de los bogotanos, pues no solamente los que votaron por él están en desacuerdo con la manera como se ha venido manejando la ciudad, sino todos los otros que votaron por Pardo y por Pachito, aunque éste no es afín ni afecto a las políticas del actual gobierno nacional. Pero quienes votaron por él lo hicieron con el deliberado propósito de cambiarle el rumbo a la manera como se han venido manejando la capital. Estoy seguro que Peñalosa está consciente de esto e iniciará una Administración que mantenga sus promesas electorales y sabe que el pueblo quiere una gran rectificación.
No es del caso prohijar ni sugerir actitudes de revanchismo porque la ciudad lo que requiere es unidad y mejoramiento en muchos aspectos. Que no haya retaliaciones y que todos los bogotanos nos esforcemos, nos disciplinemos y hagamos de Bogotá una ciudad amable no solamente para nosotros, los que aquí habitamos, sino para todos aquellos que nos visitan, ya sea del exterior o del interior del país. A pesar de estas reflexiones los bogotanos tendremos que mirarnos en espejos que pueden tener similitudes con lo nuestro. Se me ocurre que lo que está sucediendo en la Argentina a nivel nacional tiene alguna similitud con lo que puede estar sucediendo en la capital. Allá, como aquí, fue elegido un sucesor de la presidente, un ciudadano que no es del gusto de la saliente y está haciendo todo tipo de malas crianzas para enturbiar la posesión del nuevo. Como aquí, el elegido no es del gusto de Petro. Algo del estilo se está fraguando aquí; tres períodos de administración lamentable de la izquierda han dejado una pésima experiencia y con seguridad su sedimento y costumbres burocráticas que con seguridad es necesario erradicar.
No tendremos porqué extrañarnos entonces si Peñalosa entra con mano dura y severa a este su período. Tendremos, como lo hizo el Papa en esta semana, proclamar el jubileo y abrir la puerta del optimismo de la mano de Peñalosa.
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A todos los fieles lectores de esta columna y a los de este diario, un efusivo saludo de fin de año.