ALFONSO ORDUZ DUARTE | El Nuevo Siglo
Sábado, 12 de Julio de 2014

Política y genética

 

“Liberales y conservadores piensan y perciben de forma distinta”

Nuestros  vecinos norteamericanos  se han dedicado a estudiar la conducta de los votantes, en términos de la herencia genética, de su  pensamiento  a la hora de ir a votar. Eso opone a los demócratas y republicanos. Se preguntan, por ejemplo, por qué desde 1968 tantos pobres blancos trabajadores de media y baja clase, muchos de ellos dependientes de los programas de ayuda gubernamentales, votan por los republicanos.  El debate sobre este tema permanece insoluto, pero estudios sugieren que los obstáculos que deben encarar los demócratas en conquistar esa franja de los votantes parece difícil de superar. Un factor que puede tener como base el autoritarismo, el conservatismo y la religiosidad  que, tradicionalmente, ha sido denominado la terna  de los valores morales  y que está substancialmente influenciado por factores genéticos. El tradicionalismo se define como la observancia de estrictos estándares morales que valoran el sentido tradicional de la propiedad y la reputación, así como las  prácticas e instituciones religiosas. Desde este punto de vista, el componente genético sugiere que existe una predisposición que inclina a los individuos a tener una sólida base de principios y políticas ideológicas y, simultáneamente, tener la necesidad de experiencias religiosas.

Desde este punto de vista, el respaldo al derecho al aborto, al matrimonio entre personas del mismo sexo y la prioridad al individualismo sobre las obligaciones familiares, que son asunto del pensamiento demócrata, son ajenos a un sector del electorado. Los republicanos, por su parte,  comulgan con las políticas del derecho a la vida, el matrimonio entre hombre  mujer y la obligación familiar sobre la propia realización. Estos  son principios inaceptables para la izquierda. Sin embargo, algunos votantes que mantienen una posición tradicionalista en asuntos sociales y culturales, paradójicamente, son liberales cuando se trata de temas económicos.

“Hay  un marcado incremento en investigaciones que sugieren que existen diferencias consistentes en la manera como los liberales y conservadores piensan y perciben. Tales diferencias empujan a los votantes, de un lado a otro, del espectro político” dice Jim A.C. Everett, psicólogo experimental de Oxford de visita en Yale.  Para continuar acotando “orden, estructura, discreción, seguridad, dogmatismo y disciplina se señalan frecuentemente más cercanos a las propuestas conservadoras, en tanto que  ambigüedad y complejidad tolerantes mayor apertura a nuevas experiencias parecen estar asociadas al estilo liberal.”

Las investigaciones que reseña el artículo sobre la influencia genética en las decisiones políticas de los votantes, tema ajeno a mis disciplinas, que aparece en el New York Times las considero muy interesantes y dignas para que la estudien nuestros partidos políticos. No estaría nada mal que se pudieran investigar, desde el punto de vista genético, qué mueve a nuestros votantes. Serían elementos de juicio para conquistar al electorado.