Vicepresidentes
Se va aclarando lo de los candidatos a Vicepresidente en las próximas elecciones. Por lo menos se sabe que Marta Lucía, el Partido Conservador, ya escogió a Camilo Gómez quien la acompañará en el debate en mayo próximo, persona muy próxima al expresidente Pastrana, valiosa unidad del partido. Y ahora Santos ha escogido a Germán Vargas Lleras para que lo acompañe; sobre él no hay objeción que hacerle pues ha demostrado ante el país su postura y de él, el país tiene un valioso concepto. Sus primeras declaraciones muy valiosas y se sabe que se propone someterlas a consideración de resultar elegido. Acabar con el “articulito” de la Constitución que puso a consideración Fabio Echeverri para acabar con lo dispuesto en la Constitución de 1991 será propuesta y así se eliminarán para el futuro las perturbaciones que nos ha traído hasta ahora la reelección inmediata, propuesta que va acompañada del aumento del período presidencial a 5 o 6 años. Buenas iniciativas que van a pesar en la decisión de los ciudadanos en el momento de ejercer su derecho al voto. Además ha propuesto que las funciones del Vicepresidente no sean únicamente las que el Presidente le asigne, sino que quiere que éstas sean fijadas taxativamente. Nos falta ahora conocer quién será el compañero de fórmula de Óscar Iván Zuluaga; seguro, con la asesoría de Álvaro Uribe, someterá a la consideración del electorado una persona de las más alta calidades que en alguna manera supla la borrosidad de la cual ha hecho gala desde cuando fue designado candidato. Esta son las tres fórmulas que alguna significación tendrán para los votantes. Los demás son manifestaciones evidentes de la democracia cuya presencia no significa más que un saludo a la bandera, que podrán exhibir entre sus logros. Haber sido candidatos es sin lugar a dudas un activo político para ellos.
Los temas que también pesarán sobre la voluntad ciudadana son aquellos que están teniendo lugar a velocidades increíbles. Como el del actual vicepresidente, Angelino Garzón, quien ha declinado su designación como embajador en Brasil, cargo para el cual se había autocandidatizado. Es lícito pensar que su determinación tiene que ver con la escogencia de Vargas Lleras, pues su renuncia, por motivos personales y familiares, coincidió con la designación de aquél. ¿Sería que Santos no le consultó o no le contó primero su propósito autónomo de esta escogencia? Vaya uno a saberlo. Su referencia al “cemento,” por el programa de dotar de vivienda a los pobres, es una clara alusión a su malestar por esta designación. Si su propósito es el de ser Alcalde de Bogotá ojalá que lo lleve a buen término pues ya es hora de que la capital cuente con un alcalde de verdad; bastantes años la capital ha estado al garete, dejada de la mano de nuestra clase dirigente, que no de la de Dios.
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PS. No puedo dejar pasar por alto los insultos del canciller de Venezuela a nuestro expresidente Álvaro Uribe Vélez, sin elevar mi más enérgica indignación y manifestación de protesta.