Gobernar es prever
El Gobierno está empeñado a través de la Agencia Nacional de Infraestructura, en un gran esfuerzo para que en cuanto ésta se refiere a las vías de comunicación, carreteras, ferrocarriles y aeropuertos se pongan al día y se adecuen a las necesidades del país, ahora que el mundo se ha globalizado y que los más eficientes serán los que logren obtener las ventajas comparativas. El sistema de las concesiones continúa en el proceso que ya lleva bastantes años, de refinar los sistemas de contratación basados en las experiencias que hasta ahora se han obtenido. “Try and error;” ensaye, equivóquese y aprenda ha sido lo que se ha hecho.
Los tratados de libre comercio, que nuestro país ha convenido con otros países amigos, obliga a tener todos los medios necesarios para que nuestros productos y materias primas gocen de ventajas comparativas con respecto a otros. Don Gonzalo Jiménez de Quesada nos hizo el gran servicio de fundar a Bogotá en un sitio privilegiado como es el de, a estas alturas y distancia del mar en donde la naturaleza es prolífica con una poco común disponibilidad de agua. Como en esa época no se pensaba sino en la autarquía y el transporte del oro al cual eran tan ávidos los conquistadores no necesitaban grandes vías para su movilización, nos fuimos rezagando en ese campo hasta llegar al siglo XXI prácticamente embotellados. El mundo se ha desarrollado industrialmente, Colombia no ha sido ajena al desarrollo, pero éste ha tropezado con la falta de un sistema circulatorio que le permita movilizar su riqueza vital en su propio organismo.
E materia ferroviaria, desde la época del Libertador se comenzó a pensar en el Ferrocarril de Panamá y se continuó en forma decidida pero con sentido de futuro hasta haber llegado a formar una red ferroviaria de 3.500 kmts. de longitud que sirvió al país; pasó por más de diez departamentos, comunicó a Buenaventura con Santa Marta hasta cuando por incuria y abandono hoy los ferrocarriles están abandonados.
La ANIha anunciado su propósito de hacer nuevamente ferrocarriles en Colombia cuyos estudios, así parece, no guardan concordancia con lo que se quiere, aunque precisamente lo que se quiere y la forma como se quiere, se aleja de los dictados establecidos por el desarrollo ferroviario en el mundo. Ningún analista de la problemática del transporte en Colombia puede estar inconforme con que haya nuevamente ferrocarriles; por el contrario, hemos venido clamando porque, arrancando prácticamente de ceros, nos pongamos al día en este medio de transporte.
Reconstruir nuestro sistema férreo con las características técnicas desde cuando se comenzaron a mediados del siglo XIX es una alternativa que podría decir el conformista es preferible a nada. Pero como dicen que gobernar es prever, en este desarrollo también es necesario prever. Salgámonos de las soluciones circunstanciales y hagamos algo no para complacer al tendido, como dicen los aficionados a los toros cuando el torero lo que pretende es complacer a los que están viendo la corrida, sin concentrarse en hacer una faena de profundidad. Ojalá el impulso gubernamental por nuestros ferrocarriles, sea para obtener una realización que genere respeto. Comencemos por la trocha y salgamos de la angosta para pasar a la estándar que es la que impera en el mundo ferroviario. ¿Nos oirán en la ANI?