Estamos pasando por un momento crucial para nuestra Nación donde requerimos soluciones definitivas que garanticen la seguridad y el orden, la modernización del Estado, el rescate de nuestros valores y el diseño de políticas de desarrollo y prosperidad.
En primer término debemos afrontar con determinación el tema del narcotráfico y resolver el incremento verdaderamente escandaloso que hemos tenido de los cultivos ilícitos que, como tantas veces lo hemos dicho, pasó de cuarenta mil hectáreas a doscientas veinte mil. Esto exige un esfuerzo mayor de los colombianos y de la cooperación internacional para encontrar la mejor estrategia que conduzca a controlar el incremento de estos cultivos y aún más importante, evitar a toda costa el consumo interno que, sin lugar a dudas, va de la mano con el aumento de los cultivos, con un grave peligro para Colombia y para nuestra sociedad.
Pero no podemos permitir que se nos narcotice la agenda y que el mundo y en especial Estados Unidos, nuestro principal aliado, solo nos mire por esta razón. En este contexto surge una segunda prioridad y es lograr que la agenda internacional esté enmarcada en lograr un incremento de nuestra participación de productos en los mercados internacionales para lograr subir las exportaciones y mejorar así nuestras cifras de ingresos extranjeros para atender los retos internos en especial de vivienda, salud, educación e infraestructura, para lograr así mejorar las condiciones de vida de todos los colombianos.
Y deberemos complementar esta agenda internacional con el necesario llamado a la colaboración y cooperación de la comunidad de naciones en todos aquellos asuntos de interés global, como es por ejemplo la delicada situación de nuestro vecino Venezuela, y que dada su crisis interna está afectando la mayoría de ciudades colombianas con la presencia de un número cada vez mayor de hermanos venezolanos que para fugarse del caos de su país han llegado a Colombia con hambre y dificultades de salud, sin estar nuestro país preparado para acogerlos como una crisis humanitaria de esta naturaleza demanda.
En el frente institucional debemos trabajar arduamente para fortalecer nuestro Estado y recuperar la confianza en nuestras instituciones, donde la justicia juega un papel fundamental. De esta manera tenemos que producir las reformas necesarias para poder derrotar la corrupción y la impunidad, porque no solo necesitamos conocer los tantos casos que se presentan sino que necesitamos sanciones a los responsables.
Es por todo lo anterior que tenemos que crear consciencia que los días por venir no serán fáciles si no actuamos todos unidos para afrontar los problemas y buscar las mejores soluciones. Nuestros líderes políticos tienen que ser conscientes que antes de defender los problemas personales y de la vieja política se requiere es de su contribución para que las reformas planteadas tengan la aprobación, teniendo como norte una visión patriótica y no partidista. Un compromiso de futuro con nuestro pueblo y no solamente por los intereses pasajeros que nos pueden llevar a tener dificultades mayores. Y, claro está, que para todo esto se necesita el liderazgo del gobierno en su conjunto, donde tengamos un norte claro y como lo ha venido pidiendo el Presidente Duque, que la polarización política sea asunto del pasado y la unidad en los propósitos comunes sea el la fuerza del futuro.