Los esfuerzos para nivelar indicadores saludables en la economía y acelerar el paso productivo en esta segunda parte de año, más que retos, implican resultados en favor de ciudadanía, donde está el trabajo y el consumo.
Distintos círculos financieros, laborales y de pequeños y medianos empresarios, consideran que rebajar en un punto, la tasa de interés bancario corriente para créditos de consumo, es recibir - una luz verde de aliento-.
En igual sentido se han pronunciado exministros de Hacienda: “Urge reactivar economía, con instrumentos prácticos” afirman.
A decir verdad, la banca colombiana reaccionó con desgano sobre la propuesta de rebajar un punto en tasas. Porque conserva prácticas añejas y es complaciente, con algunos focos inversionistas, temerosos a cambios.
Al cambiar esquemas se puede incurrir en errores, mientras la adaptación encuentra punto de equilibrio, para afianzar resultados a inversionistas, productores y consumidores.
Los gremios empresariales sostienen que -hay que desarrollar la microeconomía, sin sujetarnos demasiado a la macroeconomía-. Se reconoce que la propuesta oportuna para aliviar la tasa de usura, la originó Fenalco, con respaldo inmediato de Andi.
Es fórmula que coincide con Joseph Stigliz, premio Nobel de Economía en 2001, quien dice en -El malestar de la Globalización- que “Es hipócrita pretender ayudar a países subdesarrollados, obligándolos a abrir mercados a bienes de industrializados”. Claro, cierra las posibilidades de vender lo producido aquí.
Al margen de todo, en la economía nacional puede ser bien recibido en el mercado financiero, el sistema sugerido para terminar año, con rebaja en tasas mensuales.
Jorge Mario Salcedo, economista magister de la Universidad Nacional, en análisis enviado a esta columna, observa que las crisis internacionales sí inciden en Latinoamérica.
Recuerda que el temblor en mercado hipotecario (Subprime) en 2008 en EE.UU. y el receso en Europa, por crisis en Siria desde 2.011, con descenso bursátil y baja en rentabilidad financiera, se reflejó en Colombia, México, Perú y Chile, de Alianza Pacífico.
Las tasas de interés costosas provocan el contagio financiero en negocios entre países. La dependencia riesgosa enseña a tener plataforma de protección manejable, cuando lo exija la circunstancia.
Será saludable y rentístico el modelo con reducción en tasas, si hay despertar del agro, a fin de año, para activar comercio, según Gobierno y gremios agrícolas.
La reducción, como ensayo, hasta diciembre o enero, puede generar confianza, al comprar con tarjeta de crédito y, quizá en efectivo.
Aflojar la rienda, para mover finanzas y consumos aliviando la carga de las tasas, puede mejorar el paso económico.