Adriana Llano Restrepo | El Nuevo Siglo
Viernes, 8 de Enero de 2016

EL SEPTIMAZO

Camelos

“Si filosofáramos no nos meterían embuchados”

 

Ahora resulta que la gran noticia es que por fin la séptima fila de la tabla periódica que me horrorizó en quinto de bachillerato está completa gracias a la creación humana de cuatro nuevos elementos, cuya vida es tan breve que apenas si duran milisegundos, aunque no obstante el ununtrium (Uut o elemento 113), unumpentium (Uup, 115), ununseptium (Uus, 117) y ununoctium (Uuo, 118) son radiactivos de modo supremo, característica que dificulta su estudio y, en consecuencia, todavía no se sabe cuáles pueden ser los usos prácticos de estas cosas.

 

Así de breves y radioactivas son las noticias en Colombia donde todo pasa tan rápido en una sucesión frenética de hechos que es imposible que haya tiempo para decantarlos, energía para comprenderlos y capacidad para analizarlos; además, siempre pasa lo mismo, las cosas se suceden de manera reiterativa, en un eterno retorno del que no nos zafamos porque qué pereza pensar y porque además para qué hacerlo si los pillos vendrán luego por más; ellos o sus hijos o sus émulos, qué más da, con tal de que sean los mismos con las mismas.  

El ununtrium  es el nuevo camelo mediático, concepto filosófico tomado del lenguaje gitano indoeuropeo y que no es más que una treta que se utiliza para seducir a quien se desea y a quien lo desea; lo grave no es que haya artimañas, noticias falsas, sofismas de distracción, simulaciones, fingimientos, embustes, engaños, burlas, mofas, adulaciones, lisonjas, mentiras a granel; lo perturbador es que nos las creemos y nos dejamos taimar solo porque filosofar es más exótico que hablar de estos nuevos elementos.

 

Si filosofáramos, con método o sin él, no nos meterían tantos embuchados oficiales, los poderes tantas engañifas, estaríamos obligados a hablar claro, sabríamos leer el mundo entre líneas, podríamos ver que a diario nos meten más camelos que Actualidad Panamericana e intuir por ejemplo, que el 23 de marzo será proclamado como nuestro nuevo Día de Los Inocentes.

 

Pero qué va: si Filosofía no hay sino en la carta de Crepes and Waffles, cuyo helado de banano, arequipe, lecherita y caramelo es apoteósico; o en el aviso de la marca caleña Pink Filosofy, o lo que es peor, en la valla de Amores Filosóficos, una tienda vallecaucana donde entré en Navidad en búsqueda de Habermas, Byung Chul-Han, Wittgenstein o Heidegger, y encontré que usaban la honda palabra griega que denota amor por la sabiduría, para promocionar, con camelos idiomáticos, simple lencería de mujer.