Adriana Llano Restrepo | El Nuevo Siglo
Viernes, 14 de Agosto de 2015

EL SEPTIMAZO

Parsimonia

Tanto verbo sin mesura sobre los accidentes de las aeronaves de nuestra Fuerza Aérea me hacen pensar en un viejo y olvidado concepto: la parsimonia, un sosiego a la hora de actuar y de hablar, ligado a la sobriedad, la moderación y la templanza.

Guillermo de Ockham, monje franciscano y lógico escolástico, se ocupó de la parsimonia, la que pasó a la historia como “navaja de Ockham”,  un principio filosófico y metodológico según el cual “cuando dos teorías en igualdad de condiciones tienen las mismas consecuencias, la teoría más simple tiene más probabilidades de ser correcta que la compleja”.

Pero hemos extraviado la sencillez, afectos que somos a las vueltas, las volutas, los laberintos y las confusiones, pero sobre todo por malpensados, porque en Colombia el trillado aforismo maquiavélico de “piensa mal y acertarás” siempre será preferido frente a opciones más sanas, como el principio de economía o lex parsimoniae: “entia non sunt multiplicanda praeter necessitatem”.

Desde una fila de quinto atril nos asomamos con nuestra simplificada capacidad de interpretación a la realidad, “cargados de tigre” como a veces Uribe parece estar, o de desconfianza como lo estamos siempre los de “la otra mitad”, o porque Santos, inferior al reto de suscitar la credibilidad entre sus gobernados, cada vez que habla nos vuelve expertos en metalenguaje y empezamos a desentrañar con imaginación macondiana cada palabra, cada gesto, cada rictus, cada silencio.

Las versiones oficiales contradictorias y las aseveraciones de un ministro que se mueve con la lógica del relacionamiento gremial, hicieron que las opiniones de una ciudadanía acongojada y hastiada escogiera el camino de la complejidad argumentativa; solo nos faltó aducir que los helicópteros, como el Boeing de Malaysia Airlines, fueron derribados por los alienígenas ancestrales de History Channel.

Para evitar todas estas situaciones lo mejor es sacar la navaja de Ockham, pero bien afilada, porque recordemos, casi siempre la solución más sencilla es la mejor y la respuesta más simple, la más veraz.

Ockham en versión Cartilla Coquito: si vemos una naranja tirada en la séptima, al garete, podemos pensar que a alguien se le cayó de la bolsa de mercado, o buscar el naranjo del cual pudo haber caído por exceso de madurez, o al gamín que con un palo la tumbó, o pensar que la naranja era víctima de torturas indescriptibles por parte de la oposición y está huyendo.

Volvámonos parsimoniosos; entre menos suposiciones se hagan más pronto encontraremos la verdad.