¿Colombia seguirá diciendo No a Estado Palestino? | El Nuevo Siglo
Lunes, 12 de Septiembre de 2011

Nuestro país, que ocupa un escaño en el Consejo de Seguridad, en donde EU anunció veto a la solicitud de la nación árabe, es el único suramericano que no reconoce a ésta.

Una vez más el tema del reconocimiento del Estado palestino llega a la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), pero en esta ocasión todo hace preveer que la cuestión será a otro precio.
La Autoridad Nacional Palestina tiene previsto radicar oficialmente el 20 de septiembre próximo, la solicitud de reconocimiento de su Estado y, por ende, la adhesión al ente multilateral como el país miembro 194.
Los análisis hechos hasta el momento sobre cómo le iría a la petición palestina sostienen que posiblemente más de dos tercios de la Asamblea votarán a favor de la postura palestina, pero que Estados Unidos, utilizando su poder de veto en el Consejo de Seguridad, bloqueará seguramente la decisión. Rusia y China, otros dos miembros con poder de veto, ya anunciaron que votarán a favor.
Sin embargo, el sólo hecho de que la Asamblea vote a favor del Estado palestino es visto desde ya como una victoria por los partidarios de esa causa, que incluso consideran que mejoraría su estatus actual, que es el de "entidad observadora". Como mínimo se espera que lleguen a la instancia de "país observador no miembro" de la ONU. Y esto es clave pues significa que podría acceder a ser admitido oficialmente en las organizaciones de Naciones Unidas como la Unesco o la FAO, e incluso de la misma Corte Penal Internacional (CPI).
Obviamente, en medio de las tensiones bélicas, políticas y diplomáticas ya inveteradas del conflicto israelo-palestino, el Estado judío se opone férreamente a ese reconocimiento y desarrolla desde varios meses una fuerte ofensiva diplomática para bloquear esa posibilidad. Incluso se ha hablado de reanudar el diálogo con la ANP, a cambio de que Palestina desista de oficiar esa solicitud ante la ONU.
Coyuntura
Aunque se trata de uno de los conflictos geopolíticos más complejos de las últimas décadas y sus picos militares y políticos tienen en alerta a todo el mundo de forma constante, para Colombia, por obvios motivos de lejanía geográfica y prioridad en la coyuntura regional, siempre ha sido un asunto que no necesariamente tiene el estatus de prioridad en su política internacional.
Sin embargo, en esta ocasión y en esta en Asamblea en particular, el tema palestino tiene una doble importancia para nuestro país. De un lado porque Colombia ocupa actualmente, obviamente como miembro no permanente, uno de los quince escaños del Consejo de Seguridad de la ONU. Y de otro, porque en los últimos dos años la mayoría de los países suramericanos han reconocido oficialmente al Estado palestino, con la llamativa negativa de Bogotá.
¿Cómo votará, tanto en la Asamblea como en el Consejo de Seguridad, el gobierno Santos? Según los últimos pronunciamientos de la Cancillería y el propio Jefe de Estado, Colombia no apoyará la solicitud palestina.
Acorde con la Resolución 1515 de 2003, expedida por el Consejo de Seguridad, que a su vez se basó en tres directrices similares de años anteriores, Bogotá se atañe a que sólo reconocerá lo que se derive en proceso de diálogo y negociación de paz entre Palestina e Israel. La resolución de hace ocho años deja la obligación de instrumentar ese acuerdo al llamado “cuarteto”, encabezado por Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y la ONU.
En ese orden de ideas, si el Consejo de Seguridad cambia la directriz sobre la prioridad de un acuerdo de paz como una serie de medidas que lleven al reconocimiento oficial del Estado palestino, Bogotá variaría su posición. Oficialmente nuestro país tiene desde 1996 una Misión Especial en Palestina y por lo tanto no hay instancias diplomáticas del rango de consulados o embajadas.
El problema aquí, como se sabe, es que esos diálogos están rotos desde hace muchos meses, no sólo por las diferencias radicales entre las facciones del Hamas y Fatah por el dominio político en Gaza y Cisjordania, sino por los continuos picos bélicos con Israel por los asentamientos judíos en zonas ocupadas y los ataques y atentados de extremistas islámicos contra objetivos judíos.
¿Entonces? 
Sin embargo, hay algunos congresistas y sectores colombianos que consideran que Colombia debería, acorde con la tendencia latinoamericana, variar su posición frente al tema, no sólo para evitar quedar, en las lecturas macartistas de la geopolítica mundial, como ‘alineado’ eternamente a la posición de Estados Unidos, sino porque está visto que en tras décadas de negociaciones en Medio Oriente no hay mayores avances y quizá sea hora de intentar una nueva ‘hoja de ruta’. 
No se puede perder de vista que el gobierno Santos desde que llegó al poder ha sido principal impulsor de la integración y unidad de acción subcontinental. Incluso llevó a la ex canciller María Emma Mejía a la Secretaría de la Unasur y en las últimas semanas pidió que se tomara una posición conjunta pata blindar a la región de la inestabilidad bursátil y económica en Estados Unidos y Europa. 
Es más, algunos analistas han traído a colación lo afirmado por la canciller María Ángela Holguín a comienzos de este año cuando, interrogada sobre el asunto palestino, dijo a un periódico que “vamos a ir exactamente con los mismos pasos que dé la ONU. El día en que se logre llegar a un acuerdo de paz con Israel, se reconocerá al Estado palestino”.
Si la mayoría de la Asamblea vota por reconocer el Estado palestino pero EU bloquea esa decisión con su poder de veto desde el Consejo de Seguridad, ¿a qué tendencia de la ONU se sumará Colombia: la mayoritaria del pleno de embajadores o la cerrada del Consejo?  
Además, tampoco se puede dejar de lado que el reconocimiento de un Estado implica, por derecho público internacional, admitirle un territorio propio y unos límites fronterizos, y aquí entra el dilema en torno a si hacerlo sobre las que existían en 1967, antes a la ocupación israelí.
Por ahora, todo hace pensar que cuando el tema llegue a la ONU, Colombia se mantendrá en su posición de atenerse a las directrices oficiales y en firme del ente, y allí, por lo tanto, no se procederá al reconocimiento oficial del Estado palestino.