Colombia no es amenazada por flujo de capital | El Nuevo Siglo
Lunes, 9 de Junio de 2014

Si de repente se presentara un freno en el flujo de capitales hacia el país, Colombia no se vería amenazada gracias al buen nivel de sus reservas internacionales.

En efecto, las reservas que actualmente llegan a 44.298 millones de dólares, son una garantía a la hora de hacer un balance sobre su impacto en la economía colombiana, además la nación cuenta con el respaldo del acceso a la línea de crédito flexible del FMI por 5.960 millones de dólares.

Señala un informe de Asobancaria que quizá una debilidad que enfrenta la economía colombiana en el frente externo sea la tendencia, así sea lenta, al deterioro de la cuenta corriente de la balanza de pagos.

Hasta ahora ese déficit se ha financiado de manera holgada con un abundante flujo de recursos de inversión extranjera directa. No obstante, ese desbalance puede ampliarse si llegan a caer los precios de las materias primas exportables por encima de lo previsto.

Por fortuna la flexibilidad en el valor de la moneda permite acomodar ese tipo de choques externos, minimizando los ajustes requeridos en las tasas de interés, la actividad económica y el empleo.

Indica el gremio financiero que otra fortaleza de Colombia es la estabilidad de los mercados e intermediarios financieros. Diversos análisis realizados por organismos internacionales señalan que la disciplina y prácticas ortodoxas de los establecimientos de crédito, junto con el marco regulatorio y la supervisión han sido efectivas en esta materia.

Asimismo, y en virtud de esa estabilidad política, macroeconómica y financiera del país, los inversionistas internacionales han venido reduciendo las primas de riesgo a la deuda colombiana y las agencias calificadoras le devolvieron inicialmente el grado de inversión y luego le mejoraron su calificación.

Además, analistas internacionales de inversión de portafolio recomiendan tener mayor exposición en deuda de la República de Colombia y, adicionalmente, el J.P. Morgan incrementó su ponderación en el índice GBI de renta fija soberana. De ahí que se esté esperando, de manera no prevista en las proyecciones iniciales de la balanza de pagos, mayores ingresos del exterior, por montos que se estiman entre 4.800 y 9.400 millones de dólares en los próximos dos años.

Este mayor flujo de divisas tiende a valorizar la deuda pública, a apreciar la moneda y a abaratar la financiación del Gobierno nacional, en contraste con lo que ha venido ocurriendo en otros países emergentes, que han experimentado mayor riesgo soberano, fugas de capital y devaluaciones inflacionarias.

No obstante, si persiste esa entrada de capitales, la política monetaria estará enfrentando grandes dilemas para su manejo. De hecho el Banco de la República, desde el pasado 25 de abril, modificó su postura monetaria, al incrementar 25 puntos básicos su tasa de interés, y posteriormente en mayo la incrementó en otros 25 puntos y la dejó en 3,75 por ciento.

Esa disposición orientada a evitar el recalentamiento de la economía y el repunte de la tasa de inflación estará estimulando mayores flujos de portafolio, complicando, por así decirlo, el manejo cambiario y con ello la recuperación de algunos sectores transables de la economía.

Frente a esta situación es curiosa, por decir lo menos, la posición de algunos analistas colombianos, quienes desestiman la capacidad del Gobierno de imprimirle un adecuado manejo a la economía y señalan, aún sin incorporar el posible costo quederive de una potencial firma del acuerdo de paz con las Farc, que existe un faltante de ingresos fiscales del orden de 2% del PIB. Para concluir de esa manera, recurren a un análisis particular de las fuentes de ingreso, frente a un nivel hipotético de gasto que supera con creces el previsto por el Ministerio de Hacienda.

Las proyecciones así realizadas pueden resultar o no correctas. Todo estará dependiendo, como es apenas obvio, de dos factores: las perspectivas de los ingresos y las de los gastos.