Los problemas internos del país han relegado al último lugar las investigaciones y políticas relacionadas con la migración internacional, a tal punto que en la actualidad se desconoce el número exacto tanto de colombianos fuera del país (emigrantes) como de extranjeros en Colombia (inmigrantes).
De acuerdo con el censo de 2005, los colombianos que residen fuera del país son 3,3 millones, mientras que los inmigrantes que residen en Colombia son 90.469.
Sin embargo los censos más recientes de los países de destino reportan 1,5 millones de colombianos, lo que quiere decir que por cada uno que aparece registrado en estos países hay otro que no aparece, según señala la investigación del 2006 de la Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo (Fedesarrollo).
La profesora Nubia Yaneth Ruiz Ruiz, coordinadora de la Maestría en Sociología de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), señala que “Colombia presenta una gran migración de población minera de la Región Pacífica hacia Chile, causada por la violencia, la pobreza y el desplazamiento; ellos buscan una oportunidad minera, pero en realidad han encontrado discriminación y segregación racial, invisibilizada hasta ahora”.
Otros flujos migratorios de colombianos hacia Argentina, México, Estados Unidos y Europa no son detectados, pues la gran mayoría son estudiantes o personas de clase media-alta que convierten la migración en una válvula de escape.
Asignatura pendiente
La profesora resalta que el tema de las migraciones es una “asignatura pendiente” en el ámbito académico y político: “el país debe pensar en la migración de toda su población, pero sobre todo en la más cualificada, pues representan una gran fuga que no regresa porque las políticas de retorno han fracasado o no existen”.
Es por eso que Colombia debe tratar muy en serio el tema de la migración, pues esta se constituye no solo en una fuga de población, sino que se ha convertido en un puente para ir a Estados Unidos.
Todas las propuestas políticas, teóricas y metodológicas que se presenten en este campo tienen el propósito de animar un debate aplazado, y en algunos momentos inexistente, en la comunidad académica. Igualmente convoca entes institucionales y no gubernamentales, nacionales e internacionales, propiciando que el país avance en la investigación y el conocimiento de los problemas migratorios que, al igual que muchos otros aspectos sociales, siguen a la espera de ser abordados, conocidos y transformados.
Algunos de los compromisos que deben asumir la Universidad y la comunidad académica –teniendo en cuenta su capacidad investigativa y multidisciplinar– son estar al tanto de las dinámicas migratorias, es decir de los flujos y movimientos de poblaciones desde y hacia el territorio nacional, e identificar la influencia de estos movimientos en las condiciones socioeconómicas, políticas y culturales del país, advirtió la profesora Ruiz.
Políticas racistas en EE. UU.
En cuanto a esta emigración, Douglas Massey, magíster en Sociología y fundador del “Proyecto latinoamericano de migración”, aseguró en su conferencia “Migrantes latinoamericanos a los Estados Unidos y el mundo” que “las malas políticas públicas migratorias implementadas por el Gobierno estadounidense dieron paso a un aumento considerable en la inmigración latinoamericana causando problemas de desigualdad económica y cambios demográficos que desencadenan en una reacción antimigrante”.
Lo que expone Massey es un claro ejemplo de la falta de estudio de los flujos migratorios y las graves consecuencias de un gobierno que promueve políticas racistas.
La ausencia del país en el proceso de la migración internacional es evidente por no tener documentación ni políticas que protejan a sus nacionales que están fuera del país.
En respuesta a la falta de investigación en el tema, la Maestría en Sociología de la Facultad de Ciencias Humanas de la U.N., y la Universidad Externado de Colombia organizaron el “Primer seminario internacional sobre las migraciones en Colombia”, evento al que asisten como invitados especiales los profesores Douglas Massey, de la Universidad de Princeton; Antonio Aja, director del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana; Eduardo Romero, miembro del Colectivo Cambalache, de España, y Ana Eugenia Durán, jefe de la Misión Adjunta de la Organización Internacional de las Migraciones en Colombia.