En una oportunidad en que el señor José Gregorio Maestre Bello se encontraba trabajando en horas previas a la hora oficial del ingreso habitual a los despachos de la Procuraduría General de la Nación fue visto por otro funcionario que aprovechó la circunstancia para fabricar unas falsas tesis del espionaje.
Dado lo anterior, mi ética profesional me exige rectificar la información suministrada, publicada con base en comentarios erróneos y manifestar que el señor Maestre Bello nunca estuvo involucrado en conjuras, ni en labores de espionaje y que simplemente trataba de cumplir con sus labores de la mejor manera posible, empleando incluso horas de descanso, con computadores prestados por sus propios compañeros. Por lo tanto, públicamente solicito al señor Maestre Bello me disculpe por haber acogido una información incorrecta.
Responsabilidad periodística. En días pasados, atendiendo a mi sentido de responsabilidad periodística, rectifiqué una errónea información sobre el doctor José Gregorio Maestre Bello, publicada en El Nuevo Siglo los días 18, 19 y 20 de febrero de 2009. En esta ocasión me permito puntualizar lo siguiente:
1) El señor José Gregorio Maestre Bello no fue declarado insubsistente como servidor público a la Procuraduría General de la Nación por pertenecer a una “presunta red de espionaje” que había dejado la pasada administración de este ente público, como tampoco por haber sido sorprendido “husmeando” en el despacho de la Viceprocuradora General de la Nación, hoy desconozco los motivos por los cuales fue declarado insubsistente.
2) Como hice referencia en la columna pasada, José Gregorio Maestre Bello no fue “pillado” en el despacho de la Viceprocuradora General de la Nación, tampoco es cierto que Maestre Bello fuera sorprendido por la Viceprocuradora General “husmeando” en el computador asignado a su despacho, así como tampoco en su computador personal, hechos que nunca generaron la destitución inmediata de Maestre Bello y el aplazamiento por 24 horas de una rueda de prensa del procurador Alejandro Ordóñez Maldonado.
Como es apenas obvio, José Gregorio Maestre Bello, como se dijo, nunca fue retirado de las instalaciones de la Procuraduría General por una patrulla de la Policía para ponerlo de patitas en la calle por pertenecer, como erróneamente se informó, a una red de espionaje, donde realizaba trabajos por encargo con toda la nocturnidad del caso.
También debo precisar que el procurador Ordóñez Maldonado nunca sintió inseguridad jurídica en la entidad que lo hiciera llevarse para su casa la documentación de los procesos que resultaban atractivos o que pudieran ser objeto de seguimientos por agentes ajenos a la institución.
3) Tampoco se generó ningún comentario en el edificio central de la Procuraduría General de la Nación, ni se despertaron temores entre los altos funcionarios que supuestamente habían sido objeto de vigilancias indeseables.
4) Tampoco es cierto que el señor Maestre Bello hubiese generado el cambio de guardas de todas las cerraduras de las oficinas de la Procuraduría con ocasión de esos supuestos hechos.