La misión A MISIÓN global de tener ciudades sostenibles no es fácil ya que en su objetivo se atraviesa una cantidad de intereses políticos y económicos que retrasan su desarrollo.
El significado de tener una ciudad sostenible se entiende como aquella que ofrece una alta calidad de vida a sus habitantes, que reduce sus impactos sobre el medio natural y que cuenta con un gobierno local con capacidad fiscal y administrativo para mantener su crecimiento económico y para llevar a cabo sus funciones urbanas con una amplia participación ciudadana.
El director de ONU-Hábitat para América Latina y el Caribe, Elkin Velásquez, cree que una mayor regulación ayudaría a que distintas clases socioeconómicas tuvieran acceso al mismo tipo de barrio. Su tipo de ciudad sostenible desde ser conectada e incluyente.
Urbanismo social
Señala que “se construye o se recupera volviendo a lo básico, a los elementos del urbanismo social que implican tener suficiente suelo urbano para lo público, para los servicios colectivos, para las calles… La proporción ideal sería de 50-50 o 60-40 entre dedicación a suelo privado y al público. Otro criterio de sostenibilidad es promover los usos mixtos del suelo en torno a nuevos centros con una muy buena conexión gracias a sistemas de movilidad apropiados, privilegiando el transporte público frente al vehículo particular. Eso es lo que están haciendo algunas ciudades modernas y sostenibles”.
Indica que “también se debe facilitar la diversidad cultural y grupal en los barrios. Sabemos que la homogeneidad social genera más conflictos. Estudios científicos ya lo han demostrado. Las ciudades sostenibles son, además, compactas. Hay que promover la densidad sostenible con edificaciones en altura y en torno a los nodos de transporte. Todo esto facilita la inclusión social y por ende, la disminución de las desigualdades sociales. En esas ciudades es en las que estamos seguros que va a haber más riqueza para redistribuir y los pobres van a tener más posibilidades de integrarse y ser incluidos”.
Por su parte, en el último documento del World Urban Campaign, el secretario general adjunto de ONU-Hábitat, Joan Clos, sostiene que “necesitamos demostrar que el cambio es posible a través del talento, la creatividad y la audacia de las personas y de los que toman las decisiones para escoger las mejores opciones para nuestro futuro urbano. Esta es la esencia de la World Urban Campaign”.
Las megaciudades
La segunda y tercera década del siglo XXI verá un fenómeno irreversible e histórico sin precedentes. La mitad de la población mundial vive actualmente en las ciudades, cifra que llegará hasta el 60% en 2030 y hasta el 70% en 2050.
El número de ciudades con más de un millón de habitantes se ha disparado a más de 450, más de 20 de las cuales son “megaciudades”, con una población de más de 10 millones de personas.
Mucha de esta urbanización se está llevando a cabo en los países en desarrollo y está cambiando el aspecto físico y demográfico de nuestro mundo.
En 1950, los países en desarrollo representaban menos del 40% de la población urbana mundial. En 2005 esta cifra ha alcanzado el 70%. Se prevé que la población urbana de los países en desarrollo continuará creciendo hasta alcanzar el 80% en 2030. En 2050, el 93% del crecimiento de la población urbana mundial se producirá en los países en desarrollo.
Esta época de dominio urbano y globalización económica ha generado patrones de crecimiento y desarrollo que a la vez proporcionan grandes oportunidades y desafíos importantes.
Condiciones marginales
Uno de los mayores desafíos al que se enfrentan las ciudades hoy en día es el crecimiento del número de población urbana que vive en condiciones marginales.
Alrededor de una tercera parte de la población urbana mundial vive en estas condiciones y si la población continúa creciendo, en 2020, alrededor de 889 millones de personas vivirán en barrios de este tipo.
El porcentaje de población viviendo en estas condiciones es más alta en algunas regiones, como en el África Subsahariana, donde 6 de cada 10 residentes urbanos están viviendo en barrios marginales. Muchos de estos barrios marginales están compuestos de viviendas improvisadas, caracterizadas por una ausencia de cualquier planificación urbana y desconectada de la infraestructura de la ciudad.
Carente de los recursos necesarios y de prioridades políticas, muchos de los gobiernos de las ciudades no están suficientemente preparados para satisfacer las demandas de la rápida urbanización y sus necesidades futuras.
La prevalencia del modelo estándar de urbanización global ha producido densidades desequilibradas, segregación, pobreza y degradación del medio ambiente. Se han perdido las ventajas económicas ofrecidas por las economías de aglomeración, y al mismo tiempo la pérdida del sentido de la convivencia que la calle y el espacio público podía generar.
Ello ha aislado a gran parte de la población hacia barrios marginales y suburbios frente a la gran ciudad y sus comunidades cerradas que requieren, cada vez más, vigilancia y control. Las consecuencias inesperadas de este modelo insostenible incluyen el aumento del coste de la vida en las ciudades, desempleo, alto consumo de energía e impactos negativos en el medio ambiente.
Futuro compartido
La transición urbana puede plantear desafíos complejos para un futuro compartido y sostenible. Sin embargo, las ciudades proporcionan las respuestas a estos desafíos y son los impulsores de sus soluciones. Las ciudades por sí mismas son su mayor activo en la promoción y búsqueda del desarrollo sostenible.
La urbanización y la densidad urbana aportan valor. En una ciudad compacta y bien planificada, las inversiones en infraestructura urbana llegarán a más personas y producirá mayores beneficios que en los ambientes rurales.
Una ciudad compacta ofrece a las empresas una gran ventaja en términos de competitividad y empleo.
La gente pobre y más desfavorecida que vive en ciudades es más propensa a salir de la pobreza que sus homólogos rurales.
Las ciudades también ofrecen las mejores soluciones al cambio climático. Una ciudad compacta, densamente poblada y bien planificada genera menores emisiones y consume menos energía per cápita que distritos urbanos descontrolados y dispersos.
La calidad de la trama urbana de una ciudad ha tenido implicaciones para el desarrollo ecológicamente sostenible, dado que los edificios representan el 30% de las emisiones de gas de efecto invernadero. De igual manera, una gran densidad de población y una ciudad bien planificada ofrece la oportunidad de una gobernanza inclusiva, que es fundamental para el desarrollo urbano sostenible.
La agenda urbana debe necesariamente reconocer, promover y capitalizar este papel positivo de las ciudades como conductores de soluciones.
Ciudades flexibles
Las áreas temáticas son: Una ciudad flexible -preparar ciudades para el cambio, la gestión de la adversidad, la capacidad de recuperación y tomar medidas para reducir el riesgo.
La urbanización y el desarrollo sólo pueden ser sostenibles si se adaptan a los riesgos y a las futuras demandas, y es fuerte a las consecuencias del cambio climático o a los desastres naturales. Potenciar las ciudades y las comunidades para poder planificar y gestionar la adversidad eficientemente es fundamental para la agenda urbana.
Ciudad verde
Una ciudad verde -construir ciudades basadas en la eficiencia ecológica y de carbono. Los edificios por sí solos representan el 30% de las emisiones de gas de efecto invernadero, y la manera que hoy planificamos y diseñamos nuestras ciudades tendrá un impacto directo en su capacidad de recuperación y en la eficiencia energética y ambiental del futuro.
Una ciudad verde significa promover el desarrollo sostenible basado en la eficiencia de carbono.
Una ciudad segura y saludable -que las ciudades sean lugares habitables. Las ciudades tienen las respuestas a los desafíos planteados por la urbanización, las cuales están, a su vez, íntimamente ligadas a las órdenes del día de las agendas y a los temas relacionados con la economía, el cambio climático, el consumo de energía, la seguridad alimentaria y demás.
Las ciudades necesitan ser ambientalmente muy habitables con el fin de capitalizar su gran potencial como impulsores de las soluciones sostenibles para nuestros desafíos actuales y futuros.
Una ciudad inclusiva -construir ciudades socialmente inclusivas, accesibles, en favor de los desfavorecidos, equitativas y respetando la igualdad de sexos.
Un desarrollo socialmente equitativo es uno de los tres pilares de la sostenibilidad y es vital para crear un futuro urbano común y sostenible.
Grandes desafíos
Los desafíos planteados por el ritmo y el alcance de la urbanización actual requieren que invirtamos en infraestructura, desarrollo y procesos políticos que promuevan la inclusión, y una agenda en favor de los desfavorecidos y del respeto a la igualdad de sexos.
Una ciudad inclusiva promueve la igualdad de derechos equitativos de las ciudades y, por lo tanto, permite a todos los ciudadanos participar de las ventajas urbanas.
Una ciudad planificada -planificar las ciudades del mañana para desarrollar procesos de toma de decisiones sostenibles. La urbanización y el desarrollo sostenible requieren planificar procesos y marcos políticos que aprovechan los activos y el potencial de la ciudad.
La planificación sostenible implica procesos participativos de toma de decisiones con atención especial al desarrollo que equilibre necesidades sociales, ambientales y económicas.
De igual manera, la planificación de una ciudad sostenible es fundamental para lograr los aspectos de las otras áreas temáticas de la World Urban Campaign.
Una ciudad productiva -Hacer que las ciudades sean más eficientes y sean mejores lugares para garantizar el trabajo digno. El desarrollo económico equitativo es también uno de los tres pilares de la sostenibilidad y un componente indispensable para cualquier ciudad saludable, habitable y sostenible. Perseguir un programa de desarrollo sostenible significa planificar ciudades que promuevan y fomenten medios de subsistencia para los ciudadanos mediante oportunidades económicas.
Las cuatro dimensiones
1.-En cuanto a la dimensión de sostenibilidad ambiental y cambio climático, una ciudad sostenible debe atender de manera prioritaria el manejo de los recursos naturales, la mitigación de gases efecto invernadero y otras formas de contaminación. También debe atender la mitigación y adaptación a los efectos de cambio climático.
2.-En cuanto a la dimensión de desarrollo urbano sostenible, una ciudad sostenible debe controlar su crecimiento y promover la provisión de un hábitat adecuado para sus ciudadanos, además de promover el transporte y la movilidad urbana sostenible.
3.-En cuanto a la dimensión de sostenibilidad económica y social, una ciudad sostenible debe promover un desarrollo económico local y el suministro de servicios sociales de calidad. Asimismo, la ciudad debe promover niveles adecuados de seguridad ciudadana.
4.-En materia de la dimensión fiscal debe avanzar en la aplicación de mecanismos adecuados de buen gobierno, de manejo adecuado de sus ingresos y del gasto público, así como de manejo adecuado de la deuda y otras obligaciones fiscales.
Políticas habitacionales
En el marco del Séptimo Foro Urbano Mundial, el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio presentó el libro “Colombia: Cien Años de Políticas Habitacionales”, donde recopila las políticas, programas e instrumentos de Colombia en materia de urbanismo, desde la segunda década del siglo XX hasta hoy, para responder a los retos y a las metas de su política habitacional y territorial.
“El libro busca ser consecuente con el espíritu del Séptimo Foro Urbano Mundial, no se trata de presentar las metas y los niveles de ejecución, sino más bien de compartir con los participantes en este evento el esfuerzo que ha hecho el país para desarrollar los fundamentos conceptuales e instrumentales de su política territorial, urbana y de vivienda”, manifestó el Ministro de Vivienda, Luis Felipe Henao Cardona.
“Hoy las ciudades se encuentran enfrentando un acelerado proceso de crecimiento urbano, lo cual nos lleva a reflexionar sobre la capacidad de las ciudades para responder a las necesidades de sus habitantes y a proponer acciones para generar modelos inclusivos”, señala Henao Cardona.
En el primer capítulo que tiene como título “Hacia una Política Integral”, se revisa la evolución de los conceptos de la política habitacional y territorial. La primera sección presenta la historia más antigua: la de la vivienda. La segunda sección, en contraste, presenta una línea de tiempo más reciente, la de la planeación territorial. El punto de quiebre entre esos dos mundos es precisamente la necesidad de ordenar, no era suficiente tener políticas de sector, sino que era necesario decidir el dónde para poder articular lo público y lo privado.
Uno de los países que más invierte en vivienda: Santos
El presidente Juan Manuel Santos afirmó que Colombia es uno de los países que más invierte en materia de vivienda en América Latina, al intervenir en la inauguración del VII Foro Urbano Mundial.
El jefe de Estado señaló que la política de vivienda es un eje articulador de la política social y la estrategia de superación de la pobreza, adelantada por su gobierno.
Subrayó que la puesta en marcha de un “esquema de ingeniería financiera” ha permitido que familias de bajos ingresos puedan acceder a vivienda propia.
“Gracias a esto, hoy estamos entregando 100.000 casas completamente gratis a familias en situación de vulnerabilidad, por ejemplo aquellas desplazadas por la violencia, y a familias en la pobreza extrema, y con esto estamos transformando sus vidas”, sostuvo.
Explicó que no solo se trata de darle a las personas casas aisladas, puesto que el compromiso de los constructores incluye la entrega de un “entorno de urbanismo alrededor de ellas, con zonas verdes, áreas comunitarias y de recreación, espacios para escuelas, centros de salud y comandos de policía”.
“Incluso las entregamos con una dotación básica de libros para su biblioteca familiar, y con conexión a internet y un subsidio para compra de computador”, agregó.
El mandatario señaló que la política de vivienda de su gobierno mejora la calidad de vida de cientos de miles de personas, genera empleo, estimula la economía y contribuye a la construcción de una mejor ciudad.
“Todos estos avances son la demostración de que sí es posible crear espacios urbanos que fomenten la calidad de vida y brinden oportunidades de igualdad”, puntualizó.