China parece haber optado por un compromiso entre la economía de mercado y el poderoso sector estatal, en la hoja de ruta adoptada por el Partido Comunista Chino (PCC), tras una reunión de cuatro días en Pekín.
La alta dirección china, que había prometido, a través de la prensa oficial decisiones "históricas", produjo al final un largo comunicado en el que las únicas medidas concretas son la próxima formación de un "grupo central dirigente" encargado de supervisar las reformas, y la creación de un "Consejo de Seguridad del Estado".
Por lo demás, a lo largo del texto de 3.500 palabras --según una versión inglesa no oficial-- el PCC da claramente la espalda a cualquier evolución política, al reiterar su rol dirigente en todos los ámbitos, y concede en el terreno económico --el más esperado-- un "papel decisivo" al mercado.
Pero de inmediato se reafirma el "rol dominante del sistema de propiedad del Estado" aunque el Partido deba "alentar la vitalidad económica y la creatividad de la economía no pública".
Según comentó a la AFP Wang Qinwei, analista de Capital Economics en Londres, el comunicado final tiene un claro "tono de compromiso", lo que augura obstáculos a cualquier reforma.
"Todo el mundo tiene algún motivo para estar satisfecho", comenta por su lado Kenneth Lieberthal, experto de China en la Brookings Institution de Washington.
"Es bastante ambiguo, y bastante modesto" asegura por su lado Jean-Pierre Cabestan, especialista de China en la Hong Kong Baptist University. El comunicado refleja "una gran prudencia en la vía a seguir" respecto a las reformas, y supone "un compromiso entre reformistas y conservadores" .
Aunque el presidente chino Xi Jinping se muestra "más conservador en el plano ideológico y político", en materia económica "tendrá que hacer prueba de mayor valentía si quiere (...) un nuevo modelo de crecimiento", opina Cabestan.