Los facilitadores del diálogo entre el gobierno de Venezuela y la oposición pidieron este miércoles que "cese la campaña de descalificaciones públicas" para que avance el proceso que busca revertir la crisis política y económica que atraviesa ese país.
"Hacemos un llamado a todos los responsables políticos del Gobierno Nacional y de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) para que respeten el espíritu y el contenido de la Declaración Conjunta 'Convivir en Paz'" aprobada el 12 de noviembre, señaló un comunicado difundido por la secretaría de Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), cuya sede está en Quito.
El documento incluye el pedido para que "cese la campaña de descalificaciones públicas que no contribuyen a la convivencia pacífica" en Venezuela, con el fin de "preservar los logros" alcanzados tras las reuniones que arrancaron el 30 de octubre.
La secretaría general de la Unasur, el representante del Vaticano, monseñor Claudio María Celli, y los expresidentes Leonel Fernández, José Luis Rodríguez Zapatero y Martín Torrijos acompañan el diálogo entre el gobierno venezolano y a la oposición agrupada en la MUD.
El sábado pasado ambas partes se comprometieron a mantener "una convivencia pacífica, respetuosa y constructiva" a fin de encontrar un camino para solucionar la crisis que atraviesa el país.
En los acuerdos anunciados no hay mención de la exigencia opositora de reactivar un referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro -cuyos trámites fueron suspendidos el pasado 20 de octubre- o adelantar elecciones para el primer trimestre de 2017.
La próxima reunión entre los delegados del gobierno y la oposición, con presencia de los facilitadores, está prevista para el 6 de diciembre.
Se sale de sesión de OEA
Entre tanto, Venezuela se retiró de una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), denunciando que una declaración en apoyo al diálogo en ese país se preparó a sus espaldas.
"No podemos acompañar, aunque suene una contradicción, un proyecto de declaración donde se han violado dos principios sagrados para nosotros, ni puede Venezuela consentir que se opine sobre Venezuela", dijo Carmen Velásquez, representante alterna de Caracas ante la OEA.
En solidaridad, Bolivia denunció un Consejo Permanente "ilegal e ilegítimo" y también abandonó el salón de la OEA, con sede en Washington.
Los 34 países de la OEA discutían este miércoles un proyecto de declaración presentado por Argentina, Brasil, Canadá, Honduras, Estados Unidos y Perú, para apoyar la instalación de un diálogo entre el gobierno venezolano y la oposición.
En el texto los países alientan al gobierno del presidente Nicolás Maduro y a la coalición opositora MUD a "alcanzar resultados concretos en un plazo razonable para poner fin a la difícil situación que atraviesa Venezuela".
También insta a los actores políticos a actuar "con prudencia y eviten cualquier acto de violencia o amenazas al proceso en marcha".
Pero la representación de Caracas denunció que los países violaron los principios de no injerencia en asuntos internos y soberanía, al discutir el proyecto "a espaldas de Venezuela", dijo Velásquez.
"Sabemos que existen actores en esta organización que no favorecen el diálogo y que apostaban a que la situación en Venezuela tomara otro camino", señaló.
Pero los países promotores del texto defendieron la legalidad de la convocatoria, señalando además que la OEA tiene una responsabilidad en expresarse sobre la situación venezolana.
"El proyecto fue consultado por todas las partes", dijo el embajador mexicano, Luis Alfonso del Alba.