La Interpol, capturó en el barrio Santa Ana en el norte de Bogotá a alias “Peligro”, responsable de realizar extorsiones cuando se encontraba recluido en la cárcel de Bellavista en Medellín.

Esta persona extorsionaba desde la cárcel de Bellavista; la investigación dejó al descubierto que a través de terceros, obligaba a sus víctimas a hacer consignaciones diarias por más de 150 mil pesos, logrando captar semanalmente más de 50 millones de pesos que iban destinados al frente 36 de las FARC.

Estuvo recluido en la cárcel de Bellavista y se dedicó al traficó de armas; para la exigencia de pagos realizaba coordinaciones con ‘maluquera’ cabecilla militar de citado frente, amenazando con atentados terroristas a quienes se negaban al pago.

Las labores de Policía Judicial adelantadas por investigadores de la DIJIN, establecieron que alias ‘Peligro’ de 41 años de edad, enviaba emisarios para identificar a los comerciantes en la Plaza Mayorista de Medellín, quienes movían grandes cantidades de remesas destinadas a abastecer de alimentos a los diferentes municipios del departamento de Antioquia. Lo anterior con el fin de seleccionar a las víctimas a extorsionar.

Para consignar las cantidades obtenidas ilegalmente, utilizaba nombres de familiares y personas cercanas, abriendo cuentas en varios bancos, dando instrucción de que las consignaciones deberían ser en pequeñas cantidades para no generar alertas en el sistema financiero.

Su prontuario criminal inició en las milicias urbanas de la comuna 13 en la ciudad de Medellín; allí se dedicaba a múltiples actividades delictivas, razón por la cual estuvo condenado por los delitos de homicidio, terrorismo y fabricación porte de armas de fuego o municiones y remitido a la cárcel Nacional de Bellavista de Medellín (Antioquia) el primero de junio de 2001.

En este centro penitenciario permaneció durante ocho años y luego fue trasladado al Centro Penitenciario Regional de Alta Seguridad de Cómbita en el departamento de Boyacá, en éste, permaneció ocho meses donde cumplió la última etapa de su condena para luego recobrar su libertad el cinco de febrero del año 2010.

Las víctimas que se identificaron en este proceso, fueron comerciantes del Oriente y Noroeste de Antioquia, dedicados a la ganadería y al abastecimiento de los supermercados de estas regiones.

El capturado fue puesto a disposición de la autoridad competente.