Algunas son las conclusiones que podrían derivarse del horrendo ataque terrorista en Niza, Francia, a partir de la embestida del camión que hasta el momento ha dejado, por lo menos, 84 muertos y más de 200 heridos en un recorrido mortal de dos kilómetros cerca de las playas de esta ciudad turística, en la rivera gala, cuando una multitud celebraba la fiesta nacional del 14 de julio, presenciando un espectáculo de juegos pirotécnicos.

• En el último mes se han acelerado los ataques terroristas, principalmente del Estado Islámico, posiblemente en reacción a la ofensiva de las fuerzas de la coalición en ciudades clave tomadas por el yihadismo radical en Irak y Siria. En el lapso se han presentado ataques en el aeropuerto de Estambul (Turquía), que dejó 47 muertos; En Daca, Bangladesh, mediante una acción de secuestro, con 20 víctimas, en la antesala del Ramadán; en Orlando (EU), a través de un ‘lobo solitario’ que ametralló a 49 personas; y ahora, en Niza, con al menos un saldo inicial de 77 muertos y decenas de heridos graves.

• El atentado de Niza se produce a cuatro días de terminada la Eurocopa, en Francia, evento que fue rodeado de las máximas garantías de seguridad, por las amenazas de posibles ataques, pero que se habrían flexibilizado una vez terminó el certamen futbolístico. Es posible, en todo caso, que el terrorista hubiera esperado hasta el fin del torneo para actuar más tranquilamente. Es claro que si lo hubiera hecho en medio del evento deportivo, corría el riesgo de ser más fácil de neutralizar.

• Esta semana fue confirmada, por el mismo Estado Islámico, el abatimiento, en marzo pasado, de su número 2, Omar al Sishani, más conocido como “El checheno”, en la localidad de Sharkat, en una operación militar para repeler la acción de la coalición sobre Mosul, en Irak. Finalmente la coalición pudo hacerse a la ciudad y se consideró el abatimiento del checheno como uno de los grandes triunfos militares hasta el momento en esa zona de guerra.

• Como en el caso de los atentados del 11 de septiembre de 2001, en Estados Unidos, cuando Al Qaeda utilizó aviones comerciales como misiles contra las Torres Gemelas y el Pentágono, a partir de las amenazas a los pilotos con cubiertos de plástico, en esta ocasión, en Niza, una sola persona usó un camión para causar una de las más grandes e inverosímiles matanzas de los tiempos recientes. Al parecer la acción no solamente consistía en arrollar a transeúntes e integrantes de la multitud, sino al final hacer estallar el camión con explosivos y aumentar el número de víctimas. En ambos casos se trata de kamikazes dispuestos a inmolarse conduciendo esta clase de aparatos civiles.

• Si bien en el atentado de Orlando, el mayor debate se suscitó en torno a la autorización del uso de armas de largo alcance para cualquier ciudadano, en el caso del ataque en Niza, como en el de Al Qaeda en Nueva York, queda demostrado que el terrorismo recurre a cualquier tipo de argucia o instrumento para cumplir sus fines: aviones o vehículos.

• Es probable, de otra parte, que los autores intelectuales y materiales del atentado en Niza hubieran escogido exactamente la fecha del 14 de julio, celebración de la toma de La Bastilla y el inicio de la Revolución Francesa, para enviar el mensaje de que siguen atentando contra todo aquello que es caro a los valores democráticos occidentales. Es la tercera vez, en un año y medio, que Francia se ve sacudida por semejante tipo de atentados, como el ataque a la revista Charlie Hebdó y más recientemente en la discoteca Bataclan y otros sitios de París (130 muertos en noviembre de 2015), lo cual parecería haberla puesto en la mira exclusiva del Estado Islámico y otras facciones yihadistas.

• En el mismo sentido del anterior, el gobierno de François Hollande se ha visto reiteradamente impotente para sortear el terrorismo en su país y muy seguramente, de nuevo, sectores antiinmigración, como el encabezado por Marine Le Pen, tomarán aún más fuerza. Las gigantescas marchas y manifestaciones francesas contra el Estado Islámico, inclusive aquellas en las que han participado la gran mayoría de los líderes del mundo, no han sido óbice para frenar la embestida terrorista.

• Las acciones terroristas mundiales, por su parte, seguirán afectando la seguridad mundial y, en particular, la campaña presidencial en los Estados Unidos. El debate allí gira sobre la lentitud con que el gobierno de Barack Obama ha conducido las acciones en Siria e Irak, y se le acusa de haber permitido la creación del Estado Islámico al retirar las tropas estadounidenses de este último país sin haber consolidado el territorio. De hecho, Donald Trump, a raíz del ataque en Niza, suspendió la presentación de su fórmula vicepresidencial. De otro lado las encuestas han vuelto, dentro del margen de error, a dar un empate entre Trump y Hillary Clinton.

• La sacudida terrorista en Europa se da el mismo tiempo de que el Reino Unido ha votado un referendo en favor de salirse de la Unión Europea, en parte por el riesgo de las fronteras libres y la inmigración sobre el empleo. Europa, por lo tanto, se enfrenta ante el reto de su propia unidad y la seguridad del continente.

• Tanto en el caso del ataque de Niza, como en el de Bruselas (que dejó 32 muertos el 22 de marzo pasado), existe un fracaso de los organismos de inteligencia. Por el momento no se han podido concretar los mecanismos disuasivos y operativos para impedir este tipo de atentados. De hecho en Francia se habían dado múltiples alertas, pero no sirvieron de factor para neutralizar a tiempo el riesgo y se permitió la horrenda matanza.