La lucha para preservar la libertad de expresión viene de muchos años. En todas las épocas se ha visto amenazada. En los tiempos que corren persisten conatos de coartar la labor periodística por gobiernos de tendencias dictatoriales. A esto se agregan organizaciones criminales, que en países como México y otros han puesto en la mira a los periodistas. Muchos han sido asesinados.
La jurista colombiana Catalina Botero cumple una tarea de gran responsabilidad como relatora especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos -CIDH- de la OEA. Para ella, las principales amenazas son la violencia y el uso desproporcionado del derecho penal o del civil contra los periodistas, también la utilización de facultades estatales para premiar a medios cercanos al poder.
La CIDH, que funciona desde hace catorce años, cada año realiza un informe sobre el estado de la libertad de expresión en el continente. Desde entonces algunos gobiernos han querido recortarle funciones a la Relatoría. Es el caso de Venezuela y Ecuador que tratan de diversas maneras de coartar el derecho de información. El gobierno ecuatoriano ha dictado medidas contra la libertad de prensa y no disimula su hostilidad hacia directores de medios y profesionales de la información.