La no presentación del Plan de Ordenamiento Territorial de Cartagena y denuncias sobre reconstrucción de lugares coloniales sin el cumplimiento de las normas estipuladas para tal fin, tienen hoy a la emblemática ciudad colombiana en la “lista negra” de Unesco y la tiene al borde de perder el título de Patrimonio Cultural e Histórico de la Humanidad.

Las autoridades de la ciudad amurallada no han enviado el respectivo POT, donde se deben establecer las políticas y los parámetros a seguir para proteger el patrimonio histórico. Así lo reveló el Ministerio de Cultura, al encender las alarmas al respecto.

 “El riesgo está en que en algún momento la entidad reguladora llame la atención de manera vehemente y fehaciente. No  contar con este instrumento de protección (POT) puede poner en riesgo la declaratoria de Cartagena como Patrimonio Cultural e Histórico de la Humanidad", dijo recientemente María Claudia López, viceministra de Cultura.

Aunque la Unesco no ha hecho un llamado de atención oficial a Cartagena, el peligro es latente, ya que implica un refuerzo en la vigilancia y supervisión de la entidad en torno al Centro Histórico de la ciudad, lo que podría dejar al descubierto un presunto deterioro patrimonial y cultural. De tomar cartas, en el asunto, la Unesco podría hasta quitarle el honroso título mundial a la ciudad.

Si esto llegase a ocurrir traería nefastas consecuencias que van más allá de la simple exclusión de una honrosa lista, porque dejaría de contar con el apoyo y asistencia internacional para la conservación del Centro Histórico, perdería el respaldo financiero que recibe la Escuela Taller Cartagena de Indias de parte del gobierno español y, por ende, el turismo se vendría a pique, con las consabidas consecuencias económicas en una ciudad que precisamente se sustenta en esta “industria sin chimeneas”.

Paralelamente se han conocido denuncias sobre presuntas anomalías en la restauración de construcciones y monumentos del Centro Histórico de Cartagena. Así se habría utilizado cemento en vez de madera para reconstruir algunos balcones coloniales.

Muestra de ello es la investigación que el Instituto Patrimonial y Cultural abrió a los que remodelaron la fachada colonial de un importante almacén, pues no siguieron los parámetros establecidos y alteraron la imagen original.

Adicional a ello, muchas de las casas de la zona se encuentran en notable deterioro ante la inacción de  sus dueños u ocupantes. En otras, las fachadas están rayadas o pintadas con colores no establecidos para construcciones coloniales.

Otra de la problemática que tiene la ciudad son las nuevos edificios,  ya que muchas de ellas están proyectadas para mayor altura a la permitida en ciudades históricas, evidenciando un desconocimiento, consciente o inconsciente, de las normas que rigen no sólo la construcción, sino específicamente, las que establece el POT de la ciudad.

Así,  muchos ciudadanos denunciaron  su inconformidad con la  construcción del hotel Santa Catalina, pues el edificio incumpliría con la altura permitida y taparía la vista a la zona  colonial.

Ante el campanazo de alerta lanzado por el Ministerio de Cultura, las autoridades de Cartagena deberán no sólo tomar cartas en el asunto, sino emprender una campaña ciudadana y cívica para preservar su patrimonio: la arquitectura colonial de la ciudad.