Luego del asesinato de la menor Yessica Alza Prieto el pasado 11 de marzo en la localidad 19 de la ciudad, la Policía Nacional tenía la plena convicción y evidencias que éste homicidio no lo habría podido realizar una sola mujer. Con el uso de medios técnicos y la confesión de Andrea Esperanza Valdés Contreras, se confirma que su madre y hermano ayudaron de manera directa a cometer el crimen e intentar desviar la acción de las autoridades.
Luego del hallazgo del cuerpo de la menor dentro de una maleta y la confesión de Andrea Esperanza quien contó a las autoridades que ese día había consumido alcohol y marihuana en presencia de la estudiante, y que en un acto demencial, la había apuñaleado en seis ocasiones. Afirmó que cuando la había matado, su madre y su hermano, ayudaron a meterla dentro de la maleta, cortándole las extremidades inferiores con un serrucho para que cupiera dentro de la maleta, los tres limpiaron la las paredes y enceres de la casa para intentar borrar las evidencias, posteriormente arrojaron a la adolecente estudiante en un potrero del barrio Transitoria (Localidad Ciudad Bolívar).
Este relato y las evidencias obtenidas por los investigadores de policía judicial adscritos a la Metropolitana de Bogotá, lograron que un juez de garantías dictara orden de captura contra Esperanza Contreras Valdés, madre de la homicida y su hermano Victor Fabio Valdés Contreras.
Su inminente captura y la sórdida intención de los culpables para evadir la justicia, hace que inicien una travesía por tres departamentos con el ánimo de intentar no ser capturados. De acuerdo con las investigaciones, el jueves pasado en un bus de servicio interdepartamental llegan a la ciudad de Neiva (Departamento del Huila), allí permanecen dos días, luego se fugan hacía El Espinal (Departamento del Tolima) y por último son capturados en la Tebaida cuando asienten la imposibilidad de evadir por más días la acción de la Policía Nacional.
En la vida de Esperanza Contreras Valencia hay un mezquino pasado y presente que la vincula con hechos de ‘brujería’ y ‘magia negra’. De acuerdo con los testimonios de su hija y vecinos, esta señora de 53 años, desde hace más de dos décadas inició su vida como ‘pitonisa’ leyendo las cartas, tabaco y chocolate. Años más tarde, era reconocida como la ‘bruja de Transitoria’, barrio donde residía, porque afirmaba ligar al ser amado y traer al amor fugado. Al momento del allanamiento en su residencia, fueron encontrados toda clase de objetos como ‘cristos al revés’, ‘muñecos penetrados con alfileres’ y compendios propios de estas actividades de hechicería.
En las últimas horas la mujer y su hijo desempleado, de 23 años, fueron presentados ante un juez de garantías para responder por los delitos de homicidio agravado en coautoría.
La Policía Metropolitana de Bogotá extiende a la familia de la pequeña Yesica un mensaje de condolencia y acompañamiento; entendemos que la futura bachiller y madre de familia ya no está en el seno de su hogar, pero la Policía Nacional, su policía, cumplió y no dejó que éste cobarde crimen quedara impune, que seguimos trabajando de la mano con la comunidad para obtener cada vez mejores resultados en seguridad y convivencia ciudadana, y que quienes los infrinjan, entiendan que una institución comprometida y profesional los perseguirá hasta dejarlos a buen recaudo.