Un mensaje de consuelo a los fieles y víctimas del conflicto en el país, trajo consigo a la capital una gota de sangre del beato Juan Pablo II encapsulada.
Creyentes procedentes de varios puntos del país llegaron a la céntrica plaza bogotana de Bolívar para poder entrar en la Catedral Primada y contemplar el relicario exhibido durante la jornada en el altar.
"Ofrecer nuestro padecimiento a Juan Pablo II nos da calma", dijo Francisco Javier Cardona, el padre de uno de los jóvenes desaparecidos en el departamento de Antioquia, quien acudió a Bogotá en romería con al menos otros 35 miembros del grupo "Madres de la Candelaria".
Otra de las integrantes de este grupo pidió desde el altar de la Catedral Primada, el apoyo de todo el país a quienes todavía están sufriendo "el flagelo del secuestro y la desaparición forzada" y exigió que no haya "ni una víctima más".
El custodio de la reliquia, el prelado polaco monseñor Slawomir Oder, reflexionó ante los fieles sobre el sentido del sufrimiento de Juan Pablo II, quien el 13 de mayo de 1981 estuvo a punto de morir tiroteado en la plaza de San Pedro del Vaticano por el turco ultraderechista Mehmet Alí Agca.
También la catedral fue escenario de un oficio mariano, una ofrenda de las víctimas al relicario y una homilía que presidieron la alta jerarquía de la iglesia Católica en Colombia y la primera dama, María Clemencia Rodríguez de Santos.
Estas gotas de sangre del beato Juan Pablo II fueron extraídas durante unos exámenes médicos que le practicaron antes de su muerte en 2005.
La reliquia proseguirá su gira el sábado en la Iglesia María Reina del barrio bogotano de Santa Fe y el domingo en Cartago, Valle del Cauca.