El candidato de izquierda Andrés Manuel López Obrador denunció que en la elección presidencial mexicana se compraron cinco millones de votos, lo que permitió que ganara el PRI, y se dio plazo hasta el jueves para presentar una demanda ante el Tribunal Electoral.
Según el escrutinio oficial, Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), derrotó a López Obrador por 3,3 millones de votos.
"Tenemos elementos para sostener, vamos a probarlo en su momento, que se compraron alrededor de cinco millones de votos", señaló en rueda de prensa López Obrador, que incluso sugirió la posibilidad de una anulación de los comicios.
"Hay cuando menos dos vías: la nulidad y la invalidez de la elección, pero todo esto lo estamos sopesando, no queremos precipitarnos", señaló.
El jueves "de acuerdo a lo términos que establece la ley, es que vamos a fijar una postura definitiva sobre las elecciones", dijo en rueda de prensa.
El Tribunal Electoral tiene hasta la medianoche del jueves para recibir las impugnaciones y debe dar el nombre oficial del ganador a comienzos de septiembre.
López Obrador ya había sido derrotado en 2006 por el actual presidente Felipe Calderón, pero por menos de 0,56% de los votos, y tras denunciar fraude, miles de sus partidarios bloquearon durante meses el centro de la capital.
"Lo cierto es que la elección no se ha limpiado", añadió López Obrador al acusar al Instituto Federal Electoral de no hacer su trabajo y no sancionar la supuesta "compra de votos" que habría permitido el triunfo del PRI, que vuelve al poder tras 12 años en la oposición, después de haber dominado la política mexicana durante gran parte del siglo XX.
El presidente Calderón declaró por su parte que la compra de votos es "inaceptable" y debe ser castigada, aunque puso en duda que estas acusaciones vayan a ser suficientes para descalificar la elección presidencial.
"Esta compraventa de voluntades políticas, siendo diez o siendo mil, es simplemente inaceptable", subrayó Calderón y añadió que se trata de "un vicio de nuestra calidad democrática que tiene que corregirse de inmediato".
"Todo el mundo compra, seguramente el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y aquí en el DF (capital) seguramente el Partido de la Revolución Democrática (izquierda) compró" votos, añadió el presidente en alusión al control que ejerce la izquierda sobre el gobierno de la capital.
Según el cómputo final divulgado el domingo, Peña Nieto obtuvo 38,21% y López Obrador 31,59%. El tercer lugar fue para la candidata del Partido Acción Nacional (PAN, en el poder), Josefina Vázquez (25,41%). Gabriel Quadri, del minoritario Alianza Nacional obtuvo 2,3%.
La victoria del PRI fue reconocida por los demás candidatos y por más de 30 países, Estados Unidos, la Unión Europea, varios países de América Latina -entre ellos Venezuela y Cuba- y la Organización de Estados Americanos.
-- Disyuntiva en la izquierda --
López Obrador a diferencia de lo ocurrido en 2006, se muestra moderado e insiste en que sólo actuará por vías pacíficas y legales.
"Tiene en sus manos una decisión complicada, pues un paso en falso en sus reclamos podría incluso llegar a dinamitar la izquierda", señala Carlos Gallego, director del posgrado de Análisis de Coyuntura de la Universidad Autónoma Nacional de México.
Sectores más moderados dentro de la misma coalición de izquierda, como el que representa Marcelo Ebrard -el alcalde de la capital, con quien disputó la candidatura presidencial- podrían deslindarse de una postura radical.
"No parecen existir las condiciones ahora para mantener una protesta prolongada o llevar las manifestaciones tan lejos como ocurrió en 2006", señaló por su parte José Antonio Crespo, politólogo e investigador del Centro de Estudios Económicos (CIDE).
Crespo coincide en que Ebrard, que es el dirigente que podría asumir las banderas de la izquierda para 2018, y otros líderes moderados dentro de la coalición, podrían no acompañar a López Obrador pues podría ser contraproducente.
"La izquierda mantuvo una votación por encima de 15 millones de votos, logró dos gobernaciones, se consolidó como segunda fuerza en la Cámara de Diputados y logró más senadores, es un capital que da fortaleza para un proyecto de cara al 2018", señaló Gallego.
El fin de semana miles de personas protagonizaron en Ciudad de México y en al menos una decena de capitales estales marchas para protestar contra el regreso del PRI al poder, con una masiva participación juvenil aunque el movimiento universitario #Yosoy132, que durante la campaña organizó manifestaciones similares, se deslindó.
La "disyuntiva de López Obrador es que sabe que hay mucha gente en la calle que está dispuesta a seguir sus reclamos, el problema es que también sabe que es un camino que ya transitó y que al contario de dar frutos electorales le restó apoyo de los sectores menos radicales", apuntó Gallego.