El primer ministro conservador británico David Cameron trató de hacer frente el miércoles a una rebelión de diputados del ala más euroescéptica de su partido que con el probable respaldo de los laboristas buscará forzarle a pedir recortes drásticos en el próximo presupuesto europeo.
Cameron reiteró en su comparecencia semanal en la Cámara de los Comunes su amenaza de vetar en la próxima cumbre europea el proyecto de presupuesto comunitario plurianual (2014-2020) si éste prevé incrementos por encima de la inflación, señalando sin embargo que preferiría una rebaja.
"En el mejor de los casos querríamos un recorte, en el peor una congelación, y estoy completamente preparado a utilizar el veto si no logramos un acuerdo que sea bueno para el Reino Unido", declaró ante los diputados durante una animada sesión de preguntas al primer ministro.
"Pero seamos claros, nos interesa intentar lograr un acuerdo porque una congelación de siete años mantendría nuestras facturas bajas comparado con presupuestos anuales", agregó.
El jefe de gobierno hizo estas declaraciones cuando al menos 40 diputados de los 304 que tiene su partido en la cámara baja del parlamento se disponen a votar a favor de una moción urgiéndole a pedir más recortes tras un debate previsto a partir de las 16H00 locales (y GMT).
A ellos podrían sumarse los diputados del opositor partido laborista, que, fortalecido por su ventaja en los sondeos de intención de voto, también aboga por recortes en el presupuesto debido a la frágil coyuntura económica del bloque y a los drásticos recortes aprobados en varios países.
Aunque el resultado de la votación no es vinculante, un apoyo importante a la moción -y más aún una improbable derrota- aumentaría la presión sobre la coalición gubernamental de conservadores y liberal demócratas con miras a las negociaciones previstas en Bruselas los 22 y 23 de noviembre.
"Lo que tenemos hoy son diputados juntándose para reflejar los intereses de sus electores cuando vemos tantos recortes importantes en casa, para exigir al menos una reducción en la Unión Europea (UE) debido a lo enorme que es el despilfarro allá", dijo en una entrevista con la BBC uno de los líderes rebeldes, Mark Reckless.
Esta no es la primera vez que los conservadores más euroescépticos, que resurgieron con fuerza con los problemas de la zona euro, desafían a su líder.
Hace un año, 81 diputados 'Tories' votaron a favor de la organización de un referéndum sobre la parmanencia del Reino Unido en la Unión Europea (UE), aunque la moción fue rechazada debido al respaldo de sus socios de coalición liberal demócratas y de los laboristas.
Para calmar a los antieuropeos, Cameron ya vetó en diciembre un tratado comunitario destinado a reforzar la disciplina fiscal de la Eurozona para ayudarle a afrontar la crisis.
Ahora amenaza con volver a ejercer este derecho si se mantiene la propuesta presentada en julio por la Comisión Europea de un presupuesto comunitario de 1,03 billones de euros, en alza de 5% con respecto al periodo 2007-2013.
Chipre, que ejerce la presidencia rotativa del bloque, presentó el martes una nuevo plan con recortes de "al menos 50.000 millones de euros", pero la Comisión la rechazó de inmediato.
Aunque el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy lleva a cabo una gira para tratar de lograr un compromiso entre los miembros, las negociaciones del presupuesto se anuncian arduas entre algunos contribuyentes netos partidarios de una reducción y los países más pobres que reciben fondos estructurales.
Además del Reino Unido, que se beneficia desde la época de Margaret Thatcher de un descuento en su contribución al presupuesto de la Unión Europea, Dinamarca también ha amenazado con bloquear el proyecto que debe ser aprobado por los 27.