No quería ir al Congreso
La senadora Gilma Jiménez, del Partido Verde, fallecida el sábado, pidió días antes de morir que las honras fúnebres no fueran en el Congreso, pues para ella el legislativo era muy aburridor, allí la gente la miraba por encima del hombro y no se concentraban en temas prioritarios como lo hacían en el Concejo de Bogotá.
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Pidieron solo flores blancas
El secretario de la Comisión Séptima del Senado, Jesús María España, mediante un comunicado solicitó a todos lo que pretendían ir a darle el último adiós a la senadora Jiménez, llevar flores blancas.
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Un congresista adolorido
A quien le afectó el fallecimiento de la senadora Jiménez fue a Félix Valera, ya que eran muy amigos. Valera viajó el sábado muy temprano desde La Guajira para acompañarla todo el día en la clínica. El congresista le dijo a esta sección que “era una de las personas que me apoyaba para la segunda vicepresidencia”.
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Homenaje en vida en el Senado
La mesa directiva del Senado recordó que justo a tiempo se le hizo un homenaje. La corporación condecoró a la senadora del Partido Verde con la Orden del Congreso en el grado de Gran Cruz con Placa de Oro, como reconocimiento a su dedicada, eficaz y distinguida labor dirigida al cuidado y protección de los niños y niñas de Colombia, a través de proyectos de Ley en beneficio de la infancia. La defensa de los derechos de la niñez fue la bandera insigne que durante estos cuatro años la senadora salvaguardó.