El desplome de la inflación durante este año, fue sin duda el hecho económico del año ya que su influencia impactó a todos los sectores de la actividad.
Desde el sector privado hasta el oficial, el bajo índice de los precios, que según los analistas no llegará siquiera al 2 por ciento, fue el elemento que motivó a muchos empresarios y funcionarios positivamente, pero también decepcionó a los trabajadores que esperaban una mayor tasa, ya que esto se refleja en el incremento del salario mínimo que actualmente están negociando en la mesa de concertación laboral.
Salarios
Incluso en las primeras conversaciones, tanto gremios y sindicatos se mostraron optimistas por las cifras de inflación que mostraron el Banco de la República y el Ministerio de Hacienda, en la instalación de la mesa de concertación laboral para 2014.
Tanto el Emisor como el Gobierno coincidieron en que las proyecciones para 2013 en el costo de vida son de 2% y para 2014 del 3%. Sin embargo, el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC, Rafael Mejía, comunicó que la base para la negociación se establecía en 3,3 por ciento.
La explicación de Mejía, es que el promedio de inflación para los dos años, 2013 y 2014, es de 2,5 por ciento a los que se adiciona 0,8 por ciento de productividad.
Sin duda con estas posturas tan alejadas, ya que los sindicatos propusieron un incremento entre 8 y 9 por ciento, no sería extraño que otra vez el Gobierno decida decretar el aumento salarial, al no llegarse a un consenso entre las partes.
La baja inflación, no solo está sorprendiendo a los mercados sino que podría enviar una señal de reacomodo para la actividad económica del país. Tanto es así que durante años las principales indicaciones del Gobierno de turno y los gremios, es trabajar para alcanzar una baja inflación que representa un menor costo de vida para los colombianos.
Sin embargo, cuando actualmente el país logra que el Índice de Precios al Consumidor, IPC, llega a su nivel más bajo durante octubre de este año, aparecen a la luz los temores por una mayor caída en los próximos meses (estanflación) y las consecuencias que se pueden derivar de ello.
Uno de los temores es que a este indicador van atados otros incrementos como el de las multas de tránsito y los aumentos de las pensiones de los jubilados.
Ante la baja inflación, el Presidente Juan Manuel Santos dijo que las últimas cifras de inflación, “nos colocan en el primer lugar por encima de Chile. Estábamos en el segundo lugar como el país de toda América Latina con la inflación más baja. Ese es un factor de competitividad muy importante”, indicó el Mandatario.
De acuerdo con el Presidente Santos, una de las razones por las que Colombia puede ver el futuro con más optimismo, se relaciona con que el Gobierno ha cuidado la estabilidad macroeconómica como un tesoro, “porque –dijo– es fundamental tener un contexto apropiado y la competitividad no sería posible sin ese contexto apropiado”.
Efecto de crecimiento
Otro elemento que se debe tener en cuenta al analizar la inflación de este año, es que por primera vez desde hace muchos años, el comportamiento del crecimiento en el segundo trimestre y en lo que se conoce del tercer trimestre -en promedio 4 por ciento-, está coincidiendo con una baja inflación que no está llegando siquiera al 3 por ciento.
Para los analistas el que Colombia tenga una cifra de inflación baja del 2 por ciento, significa que el país puede aprovechar esta situación y debe emprender reformas como la salud, las pensiones o las laborales.
Sin embargo, también la baja inflación puede amenazar con una estanflación peligrosa para los productores de alimentos y para la industria.
Llegar a este estado significa que se puede presentar una elevada oferta de productos pero una baja significativa de la demanda y que la población prefiere esperar mejores ocasiones para comprar, endeudarse o invertir.
Así lo dejan entrever algunas cifras del crecimiento: las debilidades estructurales a nivel sectorial continúan siendo de bulto, con recuperaciones que muestran debilidades incluso frente a las cifras del segundo trimestre de 2012: en industria (+1.2% en el segundo trimestre de 2013 vs. +0.1% en 2012) y en construcción (+6.4% vs. +12.1%), así como crecimientos en el agro que no van acompañados de adecuadas rentabilidades y de allí el PNA. De hecho, la expansión acumulada durante el primer semestre del año 2013 tan sólo llega al 3.4% anual, confirmando la desaceleración frente al 5.4% del primer semestre de 2012.
Menos presiones
De otra parte, la baja inflación tiene atadas las decisiones de la Junta Directiva del Banco de la República, de querer incrementar las tasas de interés.
A mediano plazo las tasas siguen ancladas en 3,25 por ciento y no se prevé que en el primer trimestre del año entrante se modifique esta postura.
Por otra parte, el Banco de la República, en su último informe de inflación, indica que el crecimiento del crédito total se ha estabilizado en una tasa superior al aumento del PIB nominal estimado para el presente año, aunque su composición ha cambiado, en parte, como reacción a los hechos internacionales.
Las grandes empresas han incrementado su demanda por crédito comercial de largo plazo en pesos y algunas de ellas han emitido bonos, reemplazando los préstamos en moneda extranjera. El crédito de consumo se sigue desacelerando y la cartera hipotecaria ha aumentado levemente su ritmo de expansión.
Todo ello junto a unas tasas de interés que permanecieron relativamente estables, y que en términos reales siguen siendo inferiores a sus promedios históricos calculados desde 2000 (excepto las de tarjetas de crédito).
Con respecto a los precios, en el tercer trimestre de 2013 la inflación anual aumentó levemente de 2,16% en junio a 2,27% en septiembre, cifra que se explica principalmente, por un mayor incremento en los precios de los alimentos y del grupo de transables sin alimentos ni regulados.
El promedio de las medidas de inflación básica se mantuvo relativamente estable en el trimestre y se situó en septiembre en 2,5%.
Las estimaciones de brecha de producto sugieren pocas presiones de demanda sobre los precios y son coherentes con una inflación que ha aumentado de forma lenta desde marzo y que en septiembre se ubica por debajo de la meta de largo plazo (3%).
Similar situación se puede afirmar con el promedio de las cuatro medidas de inflación básica. Estos resultados han influido sobre las expectativas de inflación, las cuales se mantienen cerca al 3%.
Los pronósticos para el final de año sugieren una elevada probabilidad de que la inflación se sitúe por debajo del 3%. En 2014 las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento, tendientes a mejorar la dinámica de la demanda agregada, deberían contribuir a que la inflación vaya convergiendo hacia la meta de largo plazo.
En resumen, cabe esperar que el crecimiento económico en 2013 sea similar al observado el año anterior, aunque los riesgos a la baja no son despreciables y pueden haber aumentado recientemente.
La inflación continúa en la mitad inferior del rango meta y sus expectativas permanecen ancladas a la meta de largo plazo (3%). Junto a lo anterior, las tasas de interés se mantienen en niveles que estimulan el gasto agregado de la economía.
Rediseño presupuestal
El menor nivel del IPC, va a conllevar a que en las empresas se rediseñen los presupuestos de cara al año entrante, como ya lo están destacando los mercados. Sin duda, este indicador es clave en el manejo de recursos no solo para el sector privado sino para el sector oficial. Esto significa un dolor de cabeza para quienes manejan las finanzas del Estado.
De otro lado, la fuerte sorpresa a la baja, seguramente traerá consigo una reducción importante de las expectativas de inflación por parte del consenso del mercado.
Sin embargo, se considera que la mayor fuente de incertidumbre para los próximos meses continuará proviniendo del comportamiento de los precios de los alimentos, mientras que las presiones desde el lado de demanda permanecen contenidas, tal y como lo refleja el comportamiento de la inflación sin alimentos y en particular, del indicador de no transables.
Sin duda alguna, el comportamiento de la inflación le ha brindado un mayor espacio al Emisor para mantener su actual postura de política monetaria por un período extendido de tiempo.
Otros logros en la economía
-Desempleo:La caída del desempleo durante este año, es uno de los aspectos importantes del actual gobierno. Se reafirmó la tasa de un dígito que con 7,9 por ciento todavía afecta a 2,2 millones de trabajadores. El Gobierno ha dicho que se han creado cerca de 2 millones de empleos, pero los sindicatos dicen que son de mala calidad.
-Tasas de interés:Con manejo pragmático de las tasas de intervención, el Banco de la República, pudo conducir una política monetaria que en los últimos meses estabilizó los intereses en 3,25 por ciento. En el mercado los consumidores han podido beneficiarse de un bajo costo del dinero comprando más vehículos y otros bienes.
-Inversión extranjera:Con un nivel cerca del 2012 y con un monto de 15 mil millones de dólares, la inversión extranjera no deja de llegar al país, sobre todo en el sector minero-energético. Pero es una muestra de que los empresarios foráneos confían en el actual rumbo del país, aunque ojalá la inversión se hiciera en otros sectores que puedan generar mayor empleo.
-Producto Interno Bruto:No cabe duda que Colombia ha logrado, pese a la situación internacional, mantener un crecimiento promedio del producto interno bruto cercano al 4 por ciento. Ese estado es el que ha permitido sostener muchos sectores que hasta hace poco estaban deprimidos pero que hoy han revertido esa tendencia.
-Tasa de cambio:Con un dólar por encima de los 1.900 pesos, el país está logrando obtener unos mayores recursos por sus ventas al exterior, sobre todo por un adecuado precio de las materias primas. Mantener una cotización cercana a los 2.000 pesos no es fácil, sobre todo por las enormes presiones provocadas por la avalancha de dólares que llegan de otros países.
Indicadores de éxito
(%)
Inflación 2,0
Crecimiento 4,5
Desempleo7,9
Exportaciones 5,3
Fuente: ENS