Un serio problema ronda la caficultura del Huila y del país toda vez que los arduos años de trabajo por afianzar un café especial y de alta calidad, podría irse al traste por la indisciplina de algunos cafeteros que están haciendo uso indebido de un material proveniente de Costa Rica que ha demostrado ser muy sensible a la roya.
Según el gremio cafetero, la semilla ingresa al país de manera irregular pasando por alto la institucionalidad cafetera y las recomendaciones de la Federación Nacional de Cafeteros así como los trabajos que en investigación desarrolla el Centro Nacional de Investigación de Café, Cenicafé.
El director Ejecutivo del Comité Departamental de Cafeteros del Huila, Jorge Enrique Montenegro Polanía, dijo que las alarmas están encendidas por lo que la presencia de una variedad extranjera se constituye como una seria amenaza para la caficultura del departamento y de las siembras en general, que de no meterse en cintura pondría en riesgo la actividad cafetera que se erige como uno de los principales activos de Colombia por los recursos que genera y el empleo que brinda.
A criterio del directivo, la irresponsabilidad de algunos caficultores y de un número por precisar de viveros está poniendo en franco riesgo el desarrollo de un país que logró adelanto gracias a una caficultura seria y muy responsable que logró sacarle todo el provecho a las variedades producidas por Cenicafé.
En riesgo producción
Según los cafeteros, a la región llegó una variedad conocida como Catimore o Costa Rica 95 la cual es de alto riesgo para la producción de grano toda vez que se trata de un tipo de café que ya perdió su resistencia a la roya en la región. El Comité de Cafeteros del Huila confirmó que esta variedad es tan perversa que en Costa Rica, en dónde fue creada, hoy adolece de confiabilidad por lo que ya no la recomiendan dado su envejecimiento prematuro y por una calidad en taza muy inferior a las variedades desarrolladas por el Centro Nacional de Investigaciones de Café, Cenicafé.
A juicio del Comité Departamental de Cafeteros, sembrar esta variedad implica poner en riesgo la empresa cafetera porque para obtener diez arrobas de café pergamino seco con variedad Catimore se necesitan hasta 70 arrobas de café cereza, lo que quiere decir que demanda 20 arrobas más que las variedades certificadas. El gremio cafetero advirtió que de seguir ésta tendencia de siembra, se pone en riesgo la denominación de origen de café Huila.
La institucionalidad cafetera hizo un llamado a los caficultores para que siembren materiales recomendados por la Federación Nacional de Cafeteros y producidos por Cenicafé porque solo así puede garantizarse la sostenibilidad de la caficultura colombiana que hoy está en alto riesgo por una variedad de elevada exposición a las plagas y de bajos rendimientos en producción y calidad.
“El asunto es tan serio que para el capítulo Huila habría riesgo con los planes trazados a corto y mediano plazo como la Universidad del Café que ya camina como gran proyecto así como la iniciativa del Parque agro-turístico y las centrales de beneficio del privilegiado grano”, concluyó Montenegro Polanía.
Café de calidad
Pero a pesar de estos problemas el café cultivado en el Huila, es un grano que por su sabor enamora el paladar del mundo, explicó, tiene calidad por trazabilidad, por salir de unas semillas y unas variedades muy particulares que terminan dando un café de alta calidad entre otras cosas por los cuidados del cultivo y el beneficio que se le da a este bebestible.
El café especial a criterio del Comité es el resultado de unas buenas prácticas agrícolas en donde entran mixturas determinantes como trazabilidad, variedad, cultivo y un beneficio limpio que le da esa condición tan demandada en el mundo cafetero y en los consumidores que lo piden en cantidad haciendo que este tenga mucho mejor precio.
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