Entre los crímenes que se les atribuyen figuran tres menores de edad ultimados hace apenas 4 meses.

En desarrollo de la Estrategia Integral contra las Bandas Criminales, enmarcada dentro del Plan “Corazón Verde”, la Policía Nacional a través de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (DIJIN), capturó a 18 integrantes de “Los Urabeños”, quienes de acuerdo con las informaciones recopiladas hacen parte del más temido brazo sicarial al servicio de Dairo Antonio y Juan de Dios Úsuga David, éste último neutralizado a comienzos del año por la Dirección Antinarcóticos en Acandí, Chocó.

El resultado fue posible gracias a 11 diligencias de allanamiento realizadas en Cali, Montería y San Andrés, al cabo de las cuales también se logró la incautación de un fusil, una pistola y 100 cartuchos de munición. 

Los capturados, quienes serían responsables de múltiples homicidios en el Valle del Cauca, Córdoba, Sucre y el Archipiélago, son requeridos en este caso específico por su participación directa en 17 asesinatos ocurridos recientemente en dichas regiones, 11 de ellos agravados y seis más en grado de tentativa.

Sobresalen entre estos crímenes los de tres menores de edad, dos de los cuales fueron ultimados en la ciudad de Cali entre Marzo y Mayo de este año, al parecer en el marco de vendetas por el control del narcotráfico, saldadas en su mayoría a través de enfrentamientos entre las llamadas oficinas de cobro.

Es así como luego del cotejo de entrevistas a testigos, inspecciones judiciales, búsquedas selectivas en bases de datos y reconocimientos fotográficos, la DIJIN logró la judicialización de estos individuos, quienes además deberán responder por extorsión, narcotráfico, reclutamiento de menores, tráfico de armas y concierto para delinquir agravado.

Seis de los capturados, entre quienes figuran dos mujeres, se habían desplazado a San Andrés aprovechando el debilitamiento de la banda criminal “Los Paisas”, que afectada por la presión de la Policía Nacional terminó cediendo terreno, el cual pretendía ser copado por “Los Urabeños” para extender y consolidar una especie de monopolio en el Caribe colombiano desde el punto de vista de la distribución y comercialización de estupefacientes.