Denuncias de la comunidad daban cuenta de un inmueble ubicado en la carrera 53F con calle 2B, barrio Galán (Localidad de Puente Aranda), donde a altas horas de la noche ingresaban vehículos de carga que horas después salían desocupados y en donde no había evidencia que allí existiera alguna empresa formal de carga o transporte de mercancías.
Con base en esta información, funcionarios de policía judicial de la Metropolitana de Bogotá en coordinación con la Fiscalía General de la Nación, iniciaron un proceso investigativo con el fin de determinar que clase de vehículos eran los que ingresaban y que clase de mercancía era la que allí se descargaba. Semanas después, la investigación comienza a encontrar relación con más de una docena de denuncias de transportadores y camioneros, quienes afirmaban ser atracados por ‘falsos policías’ en parajes cercanos a la ciudad de Bogotá.
El ‘modus operandi’ de esta organización consistía en realizar ‘falsos puestos de control’ en lugares cercanos a la ciudad, donde hubiese poca iluminación y donde fueran frecuentemente utilizados por transportadores a altas horas de la noche o la madrugada. Los lugares en donde se cometían estos hurtos principalmente eran los ingresos a Bogotá por la calle 13, en Usme o en sectores apartados de Bosa en limites con el vecino municipio de Soacha.
La investigación logró determinar que los sujetos vestían prendas similares a las utilizadas por la Policía Nacional, hacían detener los automotores y una vez se encontraba en estado de indefensión el conductor, hurtaban el vehículo y la mercancía transportada.