La historia delincuencial de estos hombres inició en agosto de 2015, cuando alias ‘Óscar’, ‘El Negro’, ‘San Andresito’ y otro presunto ladrón irrumpieron en una iglesia de la localidad de Fontibón, en donde amenazaron, golpearon, amarraron y robaron al párroco. En ese momento se alzaron con un botín de 18 millones de pesos. En su huida utilizaron un taxi, el cual habría sido contratado la noche anterior al hurto.
Casi un mes después y con la confianza ganada decidieron intentar hurtar otra capilla, pero la astucia de las autoridades fue mayor y entonces fueron capturados antes de cometer el ilícito encontrando en su poder armas de fuego, situación por la que pudieron ser individualizados. Tras quedar en libertad la supuesta banda tomó ciertas precauciones y aparentemente siguió en el mundo de la delincuencia utilizando pasamontañas lo que dificultó la labor de los uniformados, quienes al entrevistar a las víctimas no lograban entregar detalles físicos de sus atacantes.
Sin embargo, al finalizar el mes de marzo de este año los investigadores recibieron información de primera mano por parte de una persona que habría presenciado uno de los casos.
Estos detalles entregados permitieron a los investigadores desplegar un operativo que los llevó a un humilde barrio del occidente de la ciudad (en dirección al peaje de Mosquera), en donde ubicaron a tres de los indiciados y se capturaron por el delito de hurto calificado y agravado.
En las audiencias adelantadas se conoció que alias ‘El negro’ y ‘Óscar’ eran los encargados de ingresar a las iglesias, al tiempo que ‘San Andresito’ y un cuarto que es buscado por las autoridades, desempeñaban el papel de campaneros. Los capturados tienen diferentes antecedentes judiciales, pero por este accionar delinquir deberán responder ante un juez de garantías por los delitos de hurto calificado y agravado y porte de armas de fuego. Una pena que oscilaría entre los 12 a 18 años de prisión.