Brillante en la Santamaría, el matador Julián López | El Nuevo Siglo
Lunes, 16 de Enero de 2012

Tal y como lo esperaban los no menos de 17 mil aficionados que se dieron cita en la plaza de toros de La Santamaría de Bogotá, el matador Julián López, El Juli, con su arte, pagó la entrada.


El diestro tuvo una tarde brillante, que ni siquiera quienes al exterior del coso capitalino gritaban consignas en contra de la llamada “fiesta brava”, pudieron opacar.
La salida a hombros del torero español, que cortó dos orejas, para confirmar lo que ya había hecho en Cali y en Manizales, donde tuvo tardes deslumbrantes.
Se lidiaron seis toros de Las Ventas del Espíritu Santo, propiedad del maestro César Rincón, muy bien presentados. El encierro en general fue encastado y bravo.
La suerte estuvo del lado de Sebastián Vargas, a quien le correspondió el mejor lote, dos ejemplares con amplio recorrido y que envistieron.
El colombiano, triunfador durante años de la provincia, levantó a los tendidos con dos tercios de banderillas espectaculares y con dos faenas de valor. Al final, recibió una oreja como premio.
Por su parte, Sebastián López, El Juli, en el quinto cuajó una faena de técnica perfecta y corazón profundo. La afición de Bogotá se deleitó con la sapiencia de un torero que identifica los tiempos, terrenos y distancias para todo tipo de ejemplar, lo que le valió recibir dos orejas, ser el triunfador de la tarde y salir a hombros.
El francés Sebastián Castella, en su primero la historia fue adversa; era un toro que tenía casta pero no fuerza, el público pidió al palco presidencial que cambiara al toro que perdía constantemente las manos, incluso en su gran mayoría, los asistentes se pusieron en pie y dieron la espalda a la presidencia en señal de protesta.
Castella hizo un gran esfuerzo, con paciencia y suavidad, sacó los pocos pases que tenía el astado y mató con estocad muy defectuosa. Ya con el sexto y último toro de la tarde, se envalentonó y con tandas de muletazos largos, limpios y templados, redondos completos al natural e invertidos, todo un despliegue de variedad torera. Estocada hasta la empuñadura y dos orejas.
En contraste con la fiesta que se vivió al interior del coso capitalino y que permitió  disfrutar al máximo de los seguidores de la fiesta brava, estuvo la protesta de las organizaciones defensoras de la fauna que gritaban “asesinos, asesinos” y exigían el fin del maltrato a los toros, motivados por las declaraciones del Alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, contra lo que él mismo catalogó como “un espectáculo alrededor de la muerte”.
El palco del Alcalde estuvo vacío; ese fue tal vez el más significativo gesto de rechazo por parte de Petro a las corridas.
Sin embargo, el gobernador de Cundinamarca, Álvaro Cruz, mostró su respaldo a esta fiesta y aseguró que en los 116 municipios del departamento hay miles de aficionados que la disfrutan.
Para el próximo domingo se lidiarán cuatro toros de Agualuna y dos de Ernesto González Caicedo para Luis Bolívar, David Mora y Pablo Hermoso de Mendoza.