Una manifestación convocada en todo Brasil contra la Copa del Mundo, que arranca en exactos 77 días, reunió a escasas 600 personas entre Sao Paulo y Rio de Janeiro, en una imagen distante de las masivas protestas de junio pasado.
En Sao Paulo, una metrópoli de 11 millones de habitantes, la manifestación reunió a unas 500 personas, que bloquearon un sentido de la neurálgica avenida Paulista, constató una periodista de la AFP.
"¡No va a haber Copa! o ¡Fuera FIFA!", eran las consignas que repetían.
"Se gastaron mucho dinero en esa Copa. Están construyendo estadios faraónicos y la educación es un desastre. Lo único que vemos es escándalo tras escándalo. Yo adoro el fútbol, pero Brasil no está preparado para un Mundial", dijo a la AFP Andre Benedeti, un estudiante de 21 años.
En Rio, ciudad de seis millones de habitantes, la protesta reunió a duras penas unas 100 personas. En un momento, habían más policías que manifestantes.
"Vamos a ocupar todos los estadios de Brasil. Activistas compraron boletos para entrar a los campos y ocupar los gramados", alertó un joven de 25 años que se identificó como "333".
Más realista, Regiane de 27 años, dijo a la AFP: "sé que la Copa se va a realizar, pero le quiero decir al gobierno que no somos marionetas".
La movilización, convocada por redes sociales, esperaba reunir a miles de personas en todo el país.
A poco menos de tres meses del Mundial, estas manifestaciones no han logrado equiparar el movimiento espontáneo que sacudió las calles de todo Brasil durante la Copa Confederaciones de junio pasado.
Al menos un millón de personas salieron a protestar entonces en reclamo de mejores servicios de salud, educación y transporte, y de castigos más severos a los corruptos.
Desde entonces, las manifestaciones perdieron convocatoria y ganaron intensidad con actos de vandalismo convertidos en una constante de estas movilizaciones.
Este jueves las manifestaciones se desarrollaban de forma pacífica, aún con la presencia de radicales Black Blocs, que como siempre marcharon de negro y con los rostros cubiertos./AFP