Más de mil millones de pesos en pérdidas afrontó en los últimos doce meses la Dirección General Marítima (DIMAR), de la Armada Nacional, por la destrucción, hurto y daños en las boyas de oleaje direccional, instaladas en las costas Caribe y Pacífica.
Las boyas, que proporcionan información vital a toda la comunidad marítima nacional e internacional, se convirtieron en “objetivos” de las redes de narcotraficantes, de las bandas de trata de personas y de los pescadores ilegales, porque creen que son artefactos que los filman y ubican durante su tránsito ilegal en alta mar.
Los servicios de inteligencia establecieron que los narcotraficantes y pescadores furtivos, especialmente, cortan las líneas de fondeo de las boyas, cuando no las pueden dañar, para evitar que “los filmen y transmitan su ubicación como si se tratara de un sistema GPS y permitir a los guardacostas y buques de la Armada Nacional su captura”.
“Los delincuentes creen que las boyas están enlazadas satelitalmente con las autoridades y servicios secretos para rastrear las lanchas rápidas tipo Go Fast u otras embarcaciones en las que transportan alijos de cocaína, heroína y marihuana. Igual ocurre con los pesqueros ilegales y la bandas de trata de personas”, precisó un vocero de los servicios de inteligencia del Estado.
Pero también viajeros ocasionales que encuentran las boyas, las ven como un atractivo y cortan las líneas de fondeo para tratar de llevarlas como un trofeo o un souvenir, precisó el agente de inteligencia.
Recientemente la Seccional de Investigación de Policía Judicial, SIJIN, en encontró una boya en la casa de un pescador en Pasacaballos.
Al ser sorprendido por los investigadores el ciudadano solo atinó a decir que “esa boya era muy bonita y que la quería tener como un recuerdo en su casa, pues la había encontrado a la deriva durante una faena de pesca en jurisdicción de la ciudad de Cartagena”.
Los delincuentes, incluso, pagan a los pescadores locales o que residen en jurisdicción de la ubicación de las boyas, para que corten las líneas de fondeo.
“Cada reparación vale unos 16 millones de pesos, pues es necesario perseguir por alta mar una boya de oleaje direccional, cuando su línea de fondeo es cortada y queda a la deriva, en el mejor de los casos”, señaló.
Pero los pescadores furtivos las arrollan o embisten con sus embarcaciones, precisamente, para evitar que emitan supuestamente señales de ubicación y que incluso los filmen.
De otra parte, los investigadores revelan que las boyas de oleaje direccional también sufren las consecuencias de los pescadores cuando sus redes quedan atrapadas en la línea de fondeo o se enredan y en una salida rápida la cortan y se alejan del lugar cómo si no se hubiese presentado una novedad o para evitar que se la cobren.
También por la imprudencia de algunas embarcaciones al navegar golpean y chocan la boya de oleaje, dañándola.
Proyecto
La DIMAR, desde 2004, inició un ambicioso proyecto para la recolección en tiempo real de datos meteomarinos a través del Sistema de Medición de Parámetros Oceanográficos y de Meteorología Marina, SMPOM.
En desarrollo del proyecto, la DIMAR adquirió las boyas de oleaje direccional que instaló en puntos considerados como estratégicos a lo largo de los litorales Caribe y Pacifico colombianos, en áreas como al noroeste de la Península de la Guajira, noreste de Bocas de Cenizas, noreste del Golfo de Urabá, noreste de la isla de Providencia, además en los puertos de Tumaco y Buenaventura, en la isla Gorgona y en Bahía Solano.
De acuerdo con la DIMAR, uno de los componentes del SMPOM son las boyas de oleaje direccional, que recolectan y trasmiten en tiempo real información del estado del mar como altura, dirección, frecuencia, período del oleaje y temperatura superficial, entre otra información de vital importancia para toda la comunidad marítima nacional e internacional.
La información obtenida también permite a la DIMAR la calibración de los modelos, desarrollo de otros proyectos de investigación y elaboración de los pronósticos que emite el Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas CIOH Caribe a la comunidad marítima.
Dos mares
En el Pacífico
La DIMAR le reveló a EL NUEVO SIGLO que con el fin de describir y analizar el comportamiento de los diferentes parámetros oceánicos que definen el comportamiento climático de la Cuenca Pacifica colombiana, desde 2005 empezó la instalación de las boyas de oleaje direccional.
La DIMAR precisó que “es de vital importancia la información que se obtiene a través de las boyas de oleaje direccional para avanzar en las investigaciones y en el desarrollo tecnológico marino, debido a que permiten realizar climatologías y estudios de la costa pacífica colombiana”.
Expresan los investigadores de la DIMAR que las boyas por su alta tecnología tienen la capacidad de tomar datos de diversos parámetros oceánicos, principalmente de dirección, altura y periodo de la ola, así como de la temperatura superficial del Mar.
Y, el Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas del Pacifico, a través de estos equipos, desarrolla sus trabajos de investigación de los parámetros oceánicos para brindar información y conocimientos en este tipo de aspectos.
En el Caribe
La información transmitida por las boyas es “de gran relevancia para la calibración de los modelos numéricos, desarrollo proyectos de investigación científica marina y elaboración de los pronósticos que emite el Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas CIOH Caribe a la comunidad marítima”, precisó un vocero de la DIMAR.
Los equipos también entregan información de gran relevancia debido a la ubicación geográfica para el desarrollo del pronóstico de los puertos y de las zonas aledañas.
Además permiten establecer en tiempo real los impactos que las condiciones del tiempo causan en las actividades industriales, pesqueras y portuarias particularmente en la temporada de frentes fríos, permitiendo el monitoreo permanente de las condiciones del estado del mar y de dichos fenómenos adversos, facilitando así la emisión de avisos oportunos a la comunidad marítima nacional e internacional y demás entidades.
Insisten los funcionarios de la DIMAR y el Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas, CIOH Caribe, que se trabaja las 24 horas del día para mantener en las mejores condiciones de operación la red de sensores y equipos que conforman el SMPOM y con ello mantener la operatividad de las boyas en el Caribe y en el Pacífico para garantizar a la comunidad marítima los pronósticos meteomarinos para el desarrollo de las actividades marítimas en las aguas jurisdiccionales y zonas costeras del país.
Campaña
Ante estos hechos, la DIMAR invita a los ciudadanos nacionales y extranjeros, preservar las boyas de oleaje direccional y no causarles ningún tipo de daño en su estructura ni mucho menos cortar sus líneas de fondeo, para que éstas puedan mantenerse en buen estado y desempeñar un buen trabajo dentro de su área específica.
Además, se trabaja en una campaña para mantener las boyas de oleaje a salvo por la importancia del trabajo que realizan.
“Trabajamos en instruir y educar a los pescadores y a la comunidad marítima en general sobre el papel fundamental que juegan las boyas de oleaje para el país y la comunidad marítima nacional e internacional”, manifestó la DIMAR.
“No solo estamos diseñando una serie de charlas con los pecadores y el gremio marítimo sobre la boya de oleaje y su importancia en el almacenamiento de datos para pronósticos Meteomarinos sino también un campaña de sensibilización a través de los medios de comunicación”, precisó el portavoz.
En el caso del Archipiélago de San Andrés y Providencia, la DIMAR trabajará con propaganda en creole, inglés y español sobre la importancia de estos equipos
“Amigo sanandresano, una boya de oleaje es un equipo de medición que ayuda a conocer el estado del mar y su navegabilidad. Si te encuentras con ella en altamar protégela. Autoridad Marítima Colombiana, DIMAR”, dice una de cuñas radiales que serán emitidas en próximos días.
Insistió el portavoz que “la boya de oleaje advierte sobre las condiciones del oleaje del mar y ayuda a una navegabilidad segura”.
“Una boya de oleaje determina si la navegación marítima es segura, si se debe disponer de ciertas restricciones o si es definitivamente peligrosa para la comunidad de pescadores, navegantes, deportistas y bañistas en diferentes horas, de acuerdo con los tiempos establecidos para la cobertura del pronóstico Meteomarino”, señaló.
Insistió en que “la misión de la boya de oleaje direccional no solo es arrojar datos del estado del mar, sino la de prevenir accidentes marítimos y salvaguardar la vida humana en el mar”.
Como se sabe, la boya mide oleaje direccional con precisión por sus tres acelerómetros, tres giróscopos, un compás fluxgate y el procesador.
La empresa canadiense fabricante TRIAXYS explica que la boya es robusta y soporta la dureza de las operaciones de fondeo y recuperaciones, tales como, inmersiones, impactos y giros.
Pero, a pesar que su casco es de acero inoxidable, resistente a la corrosión y proporciona seguridad al fondeo y puntos de elevación y se alimenta de energía solar con baterías recargables, los delincuentes buscan en todo momento destruirlas e inutilizarlas, desconociendo que incluso sirven para la detección de tsunamis o maremotos, que pueden detectar cambios drásticos en la presión del agua y forman parte de los sistemas de alerta de tsunamis.