Una serie de atentados con bombas causó la muerte o dejó heridos a más de 125 habitantes de un pueblo alauita sirio, la minoría religiosa a la que pertenece el presidente Bashar al Asad, mientras que Washington inscribía a los yihadistas del Frente Al Nosra en su lista de grupos terroristas-
"No es posible saber por el momento si los rebeldes están detrás de estos ataques, pero de ser así se trataría de la más importante operación de represalias de parte de los insurgentes contra civiles alauitas", declaró a la AFP Rami Abdel Rahman, director del OSDH.
El grupo yihadista Frente Al Nosra, que reivindicó la mayoría de los atentados suicidas en Siria y se está convirtiendo en un elemento clave en la lucha contra las fuerzas del régimen, entró este martes en la lista negra de Estados Unidos de grupos terroristas, el mismo día en que los rebeldes asaltaron una academia militar.
En el terreno, varias brigadas rebeldes, pertenecientes en particular al Ejército Sirio Libre (ESL) lanzaron el martes un asalto contra una de las más importantes academias militares del país, asediada desde hace varias semanas y situada en el norte de Siria.
Por su parte, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR) anunció que el número de refugiados sirios registrados por sus servicios en los países fronterizos y en África del norte había superado el medio millón.
También el martes, Estados Unidos anunció haber inscrito el Frente Al Nosra, que considera una emanación de Al Qaida, en la lista de organizaciones terroristas extranjeras.
"La visión violenta y sectaria de Al Nosra está en contradicción con las aspiraciones del pueblo sirio", explicó en un comunicado la portavoz del departamento de Estado, Victoria Nuland.
Como consecuencia de esta decisión, Washington dictó sanciones financieras contra dos jefes del movimiento, el iraquí Maysar Ali Musa Abdalá Al Yuburi y el sirio Anas Hasan Jatab. Dichas sanciones también están dirigidas contra las milicias del régimen, los chabiha.
El Frente Al Nosra, desconocido antes de que empezara la revuelta siria en marzo de 2011, está ahora presente en la casi totalidad de los frentes del país y ha reivindicado la mayoría de los atentados suicidas perpetrados en diversas regiones, en particular en Damasco.
El lunes, Al Nosra tomó el control de la base Jeque Suleimán, la última guarnición gubernamental de importancia en el oeste de Alepo (norte), donde ahora los rebeldes controlan una amplia zona geográfica.
Este martes, también en el norte del país, seguían los violentos combates entre soldados y rebeldes en los alrededores de una de las más importantes academias militares de Siria que, según la ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos tiene una guarnición de unos 3.000 soldados.
A través del país, los enfrentamientos provocaron este martes al menos 58 muertos —27 rebeldes, 22 civiles y 9 soldados— según un balance provisional del OSDH.
Más de 3.000 refugiados sirios huyen cada día del país en dirección a Turquía, Líbano, Jordania e Irak, según el ACNUR.
En las últimas dos noches, unos mil refugiados llegaron a Jordania "completamente empapados y cubiertos de barro", debido a las fuertes lluvias, dijo Melissa Fleming, portavoz del ACNUR, y explicó que cada vez hay más niños y ancianos entre los refugiados.
Después de haber repetido advertencias y amenazas, Estados Unidos moderó este martes el tono y dijo que no hay peligro inmediato sobre el uso de armas químicas por parte del régimen sirio.
A este respecto, el secretario de Defensa Leon Panetta afirmó que en los últimos días Siria no había tomado ninguna nueva medida que indique su voluntad de recurrir a las armas químicas.