Al menos 34 civiles, entre ellos 12 niños, murieron en un ataque rebelde contra barrios de la ciudad de Alepo controlados por el gobierno, anunció el martes el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
"La cantidad de muertos probablemente aumente ya que hay unos 190 heridos, entre ellos decenas en estado crítico" agregó el OSDH.
Los rebeldes dispararon más de 300 cohetes contra la principal ciudad del norte de Siria, que vivió una de las jornada más sangrienta desde el inicio del conflicto.
La televisión oficial siria había difundido el lunes un balance de 23 muertos, entre ellos siete niños.
"Los terroristas han cometido una masacre en Alepo en el barrio de la mezquita Al Rahman. Al menos 23 personas, siete de ellas niños, han muerto y más de un centenar han sido heridas, de las cuales la mitad son niños" anunció la cadena oficial.
"Un edificio se ha derrumbado" con sus habitantes dentro, agregó la televisión, que mostró imágenes del inmueble en ruinas y heridos cubiertos de sangre llegando en camillas al hospital.
Por su parte, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) dijo que el bombardeo rebelde duró cuatro horas y afectó sobre todo el barrio de los Siriacos y la mezquita Al Rahman, en el centro de la ciudad.
También confirmó el derrumbe de un edificio.
Desde julio de 2012, la antigua capital económica se encuentra dividida entre los rebeldes y las fuerzas del régimen.
El bombardeo se produjo el mismo día en que llegó el enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura, que prevé abordar con el gobierno "la cuestión de la protección de los civiles y "el uso inaceptable de barriles explosivos".
Estos últimos, un arma particularmente destructiva empleada por el régimen en su guerra contra los rebeldes, ha matado a varios miles de personas. Los rebeldes, por su parte, utilizan obuses artesanales apodados "cañones del infierno" para bombardear la parte gubernamental.