Los bastiones de la rebelión siria sufrían violentos bombardeos aéreos y terrestres este viernes, al día siguiente de la condena del Consejo de Seguridad de la ONU al ataque a la localidad turca de Akçakale, donde el ejército turco reforzó sus posiciones.
Si bien el riesgo de un conflicto entre Turquía y Siria por el momento está descartado, el ejército turco reforzó su presencia en el poblado de Akçakale, que el miércoles fue blanco de obuses sirios que mataron a cinco civiles y provocaron represalias militares de Turquía.
En Siria, escenario de un conflicto armado que ha dejado más de 31.000 muertos en casi 19 meses, los tanques y la aviación del régimen de Bashar al Asad bombardearon el barrio de Jaldiyé en la ciudad de Homs, según el Observatorio sirio de los derechos humanos (OSDH).
Refuerzos de ejército rodearon el barrio que también fue objeto de ataques aéreos, precisó el OSDH. "Es la primera vez que el ejército utiliza aviones de combate en Homs", tercera ciudad del país, declaró el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.
Por otra parte, el ejército bombardeó posiciones rebeldes en las provincias de Deir Ezzor (este), Derra (sur), Idlib (noroeste), Damasco, Latakia (oeste) y Alepo (norte), agregó el OSDH, dando cuenta de combates entres soldados y rebeldes en esas zonas.
Según Rahman, la situación en la frontera estaba en calma el viernes.
Del otro lado de la frontera, en el poblado de Akçakale -ubicado junto en frente del puesto fronterizo sirio de Tall al Abyad-, se habían instalado varios tanques y piezas de artillería cuyos cañones apuntaban ostensiblemente hacia territorio sirio.
Numerosos vehículos militares patrullaban en la calles. Los bombardeos turcos cesaron, pero pueden reiniciarse en caso de nuevo incidente, según un responsable turco.
El gobierno turco obtuvo la autorización para proseguir las operaciones militares en territorio sirio en nombre de la "seguridad nacional". Pero el primer ministro Recep Tayyip Erdogan aseguró que su país "no tenía la intención de desencadenar una guerra contra Siria".
Después de largas negociaciones entre los países occidentales y Rusia -un aliado del régimen de Asad-, el Consejo de Seguridad de la ONU publicó el jueves en la noche una declaración denunciando el bombardeo sirio contra el poblado turco y llamó a ambos países a la moderación.
El Consejo "condena en los términos más firmes los disparos de obuses por las fuerzas armadas sirias" y "pide al gobierno sirio de respetar totalmente la soberanía y la integridad territorial de sus vecinos".
"Este incidente ilustra el grave impacto que la crisis de Siria tiene sobre la seguridad de sus vecinos y sobre la estabilidad y la paz en la región", concluye el texto.
Según fuentes diplomáticas, el viernes el Consejo debería también adoptar una declaración denunciando los atentados cometidos en Alepo (norte de Siria) el miércoles, que dejaron al menos 48 muertos, en su mayoría militares. Esta condena, reclamada por Damasco, es una concesión a Rusia, y facilitó un compromiso después de horas de negociaciones.
Como todos los viernes desde el comienzo de la revuelta en marzo de 2011, se esperan manifestaciones en toda Siria después de la oración semanal para llamar una vez más a la caída del régimen de Bashar al Asad.