Los países en desarrollo deben prepararse para un año de magro crecimiento debido a que la debilidad experimentada en el primer trimestre de 2014 retrasará el esperado repunte de la actividad económica, sostiene el informe Perspectivas de la economía mundial (PEM) publicado por el Banco Mundial.
Las malas condiciones climáticas en los Estados Unidos, la crisis en Ucrania, el restablecimiento del equilibrio en China, los disturbios políticos en varias economías de ingresos medianos, el lento avance en las reformas estructurales y las limitaciones en materia de capacidad son factores que contribuyen a que 2014 sea el tercer año consecutivo con un crecimiento inferior al 5 por ciento para el conjunto de países en desarrollo.
“Las tasas de crecimiento en el mundo en desarrollo se mantienen excesivamente modestas para crear el tipo de empleo necesario que se requiere para mejorar las vidas del 40 por ciento más pobre”, dijo Jim Yong Kim presidente del Grupo del Banco Mundial. “Claramente, los países deben avanzar más rápido e invertir más en sus reformas estructurales internas para lograr que el crecimiento económico de base amplia llegue a los niveles necesarios para terminar con la pobreza extrema en esta generación”.
El Banco ha revisado sus proyecciones a la baja para los países en desarrollo y ahora apunta a un crecimiento de 4,8 por ciento este año, bastante inferior a sus estimaciones de 5,3 por ciento realizadas en enero. Sin embargo, hay indicios que sugieren un fortalecimiento de 5,4 por ciento y 5,5 por ciento en 2015 y 2016, respectivamente. Se espera que China crezca un 7,6 por ciento este año, pero esto dependerá del éxito que tengan los esfuerzos relacionados con el restablecimiento del equilibrio. Si se presenta una caída abrupta, las repercusiones se sentirán intensamente en todo el continente asiático.
A pesar de las debilidades observadas en el primer trimestre en los Estados Unidos, la recuperación de lospaíses de ingresos altos está cobrando impulso y se prevé que estas economías crecerán un 1,9 por ciento en 2014, para acelerarse a 2,4 por ciento en 2015 y 2,5 por ciento en 2016. La zona del euro, en tanto, se ampliaría en un 1,1 por ciento este año y la economía de los Estados Unidos, que se contrajo en el primer trimestre debido a las malas condiciones climáticas, se expandiría en 2,1 por ciento (inferior a la predicción anterior de 2,8 por ciento) en el mismo lapso.
Se proyecta que la economía mundial se recuperará a medida que avance el año y crezca un 2,8 por ciento este año, para consolidarse en 3,4 por ciento y 3,5 por ciento en 2015 y 2016, respectivamente contribuirán con cerca de la mitad del crecimiento mundial este año, a diferencia de lo que ocurrió en 2013, cuando aportaron menos del 40 por ciento.
La aceleración de las economías de ingresos altos dará un ímpetu importante a los países en desarrollo. Se estima que dichas economías inyectarán 6.300 millardos de dólares adicionales a la demanda mundial en los próximos tres años, lo que significa un aumento considerable con respecto a los 3.900 millardos de dólares que contribuyeron durante los últimos tres años y supera los aportes previstos de parte de los países en desarrollo.
Los riesgos financieros a corto plazo son menos apremiantes, en parte debido a que el peligro de deterioro de la situación se ha materializado sin generar grandes conmociones y que los ajustes económicos en el último año han reducido las vulnerabilidades. El déficit en cuenta corriente de algunas de las economías más afectadasdurante 2013 y comienzos de 2014 ha disminuido y los flujos de capital hacia los países en desarrollo han repuntado. El rendimiento por concepto de bonos de los países en desarrollo se ha reducido y las bolsas de valores se han recuperado; en algunos casos, incluso han superado los niveles de principios de año, aunque en muchos casos se mantienen más bajos que el año pasado (y por un margen significativo).
Los mercados se mantienen inestables y las especulaciones respecto del momento exacto y la magnitud de los futuros cambios en las políticas a nivel macro en las naciones de ingresos altos podrían crear nuevos episodios de volatilidad. Por otra parte, todavía persisten las vulnerabilidades en varios países donde la inflación alta se combina con déficit en cuenta corriente (Brasil, Sudáfrica y Turquía). El riesgo que se corre es que la reciente flexibilización de las condiciones financieras internacionales incremente nuevamente el crecimiento del crédito y el déficit en cuenta corriente.