El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, que se enfrenta a la mayor crisis política desde que llegó al poder, hacía frente este viernes a protestas en las calles de las grandes ciudades del país en las que piden su renuncia.
Varias organizaciones convocaron a manifestaciones este viernes en Ankara y la plaza Taksim, en Estambul contra el gobierno, amenazado por una amplia investigación anticorrupción.
La prensa progubernamental sugirió que esta investigación podría desencadenar un golpe militar.
Pero el ejército turco, que ya tomó varias veces el poder en Turquía, anunció que rechazaba tomar parte en esta crisis.
"Las fuerzas armadas turcas (TSK) no quieren verse implicados en los debates políticos", dijeron en un comunicado.
La crisis política que vive el país provocó también un fuerte nerviosismo en los mercados. La lira turca cayó a 2,1661 por dólar este viernes, un nuevo mínimo histórico.
Erdogan volvió a afirmar este viernes que era víctima de un "complot".
"Este complot es una operación para impedir la llegada de una nueva Turquía", insistió en una alocución en Sakarya (noroeste).
Pese a haber remodelado ampliamente su gabinete en la noche del miércoles, tras la dimisión de tres importantes ministros, directamente vinculada con esta investigación anticorrupción, Erdogan sigue suscitando críticas.
La pugna entre el gobierno y la justicia volvió a pasar a primer plano, tras declararse incompetente a un fiscal, Maummer Akkas, que procuraba realizar nuevas indagaciones en esta amplia investigación judicial.
Según Akkas, la policía se negó a detener a unos 30 sospechosos, principalmente a miembros del gobernante Partido de Justicia y del Desarrollo (AKP) de Erdogan.
Además, el Consejo de Estado, principal jurisdicción administrativa turca, bloqueó este viernes un polémico decreto gubernamental que obliga a la policía a informar a su jerarquía antes de efectuar arrestos en el país.
La Unión Europea (UE) pidió este viernes a Turquía que trate de manera "transparente e imparcial" las investigaciones anticorrupción.
"Exhorto a Turquía, como país candidato (a entrar en la UE) (...) a que tome todas las medidas necesarias para que las alegaciones de corrupción sean tratadas sin discriminación o favoritismo y de forma transparente e imparcial", dijo en un comunicado el comisario europeo de Ampliación, Stefan Fule.
Caza de brujas
Este viernes por la tarde había manifestaciones previstas en Ankara y Estambul, lo que hace temer el resurgimiento de la revuelta que desafió la autoridad de Erdogan el pasado junio.
La policía, en el centro de la controversia, está sometida a una purga inédita desde la redada anticorrupción del 17 de diciembre. El jefe del ejecutivo inició una caza de brujas sancionando a más de un centenar de altos oficiales a los que reprocha no haber avisado al gobierno de la investigación de la que es objeto.
Por otra parte, tres diputados del partido gubernamental, amenazados de expulsión por haberse pronunciado en favor de la independencia de la justicia, anunciaron este viernes su dimisión.
"No es posible hacer oir nada en el partido en el poder", indicó uno de ellos, Ertugrul Günay, exministro de Cultura, que acusó a su antiguo partido de "arrogancia" y de poner trabas a las acciones de la justicia.
En diez días, el AKP perdió cinco diputados.
Aunque no se ha citado ningún nombre, los analistas consideran que tras el descubrimiento de los casos de corrupción se encuentra la cofradía del imán Fethullah Gülen, que apoyó al primer ministro a su llegada al poder, pero que desde hace dos años tiene desacuerdos con el poder.
La opinión general es que la amplitud del escándalo puede afectar a los resultados de Erdogan en las elecciones locales de marzo y a las presidenciales de agosto que, serán con sufragio universal directo./AFP