La ciudad de Meiktila, en el centro de Birmania, fue puesta bajo estado de emergencia este viernes, en el tercer día de disturbios entre budistas y musulmanes, que dejaron al menos 20 muertos y cadáveres calcinados en las calles.
Barrios enteros de la ciudad y numerosas mezquitas fueron devastados por el fuego. Las calles estaban en manos de gente armada de palos y cuchillos, según constataron periodistas de la AFP.
Las autoridades instauraron el estado de emergencia en Meiktila y tres municipios limítrofes, a 130 km al norte de la capital administrativa Naypyidaw. Con ello le dan poderes reforzados al ejército, que podrá intervenir para restablecer el orden y ayudar a una policía superada por los acontecimientos.
Una fuente de la policía dio a la AFP un balance de "al menos veinte muertos", admitiendo que teme que éste aumente.
"Los disturbios y actos de terrorismo se han extendido significativamente", señaló la presidencia en un comunicado firmado por el jefe de Estado, Thein Sein.
"La ayuda de los militares es necesaria" para reinstaurar la paz, afirmó.
Los enfrentamientos comenzaron el miércoles con una pelea entre un vendedor musulmán y varios clientes.