Lo que está ocurriendo en Ucrania tiene connotaciones globales. Pareciera que se retrocede a tiempos de la ‘guerra fría’. Asoman las pretensiones imperiales que siempre ha abrigado Rusia aun en época de los zares. Otra vez se da la controversia entre Moscú y EE.UU. El presidente ruso Vladimir Putin no oculta su idea expansionista. Cuestión de poder y geopolítica, que aparentemente se había disipado desde el siglo XX.  Putin interviene en Ucrania y el mandatario norteamericano, Barack Obama, le notifica en prolongada conversación telefónica que si no retira sus fuerzas podría enfrentar aislamiento. Considera que es una violación de la soberanía e integridad de Ucrania. De nuevo el gobernante ruso y el presidente estadounidense son los protagonistas con ocasión de lo que sucede en Ucrania.           

El ingreso de tropas rusas en territorio ucraniano “viola la ley internacional, incluidas obligaciones de Rusia bajo la Carta de la ONU y el acuerdo de 1997 con Ucrania sobre bases militares" y es "inconsistente con el Memorando de Budapest de 1994 y el Acta Final de Helsinki. Este hecho ha derivado en la determinación de EE.UU. de no participar en las reuniones preparatorias del G-8 para junio en la ciudad rusa de Sochi.