Los importantes cambios estructurales que se están produciendo en el mercado petrolero, en una fase en la que la oferta crece más rápido de la demanda es lo que refleja la fuerte caída del precio del oro negro y que concita el interés mundial ante la cumbre de la OPEP este jueves.
Los precios del crudo han perdido un tercio de su valor desde mediados de junio y todos los observadores están de acuerdo en que se abre un nuevo capítulo.
El Commerzbank alemán habla de un "cambio de paradigma", el banco de inversión estadounidense Goldman Sachs de un "nuevo orden petrolero" y la Agencia Internacional de Energía (AIE) de un "nuevo capítulo en la historia de los mercados del petróleo."
"Se está entrando en una nueva fase, por un lado con una oferta estimulada, especialmente por el petróleo de esquisto de América del Norte, y por otro una desaceleración de la demanda por erosión lenta debido los altos precios y, más recientemente, a las condiciones macroeconómicas particularmente malas", dijo Frederic Lasserre, presidente de la sociedad de gestión Belaco Capital.
"Los años de precios altos [el crudo Brent osciló entre los 100 y 120 dólares desde 2011] han permitido a las nuevas tecnologías producir enormes recursos en América del Norte y quizás pronto en otros lugares", constató la AIE en su último informe mensual.
El caso más significativo es el de Estados Unidos, que pasó de un promedio de producción de 5 millones de barriles por día (bpd) en 2008 a cerca de 8,4 millones de bpd en los primeros ocho meses de este año, gracias a la explotación de petróleo de esquisto.
Se espera que llegue a 9,5 millones de barriles diarios en 2015. Este enorme incremento es equivalente a la llegada al mercado de un nuevo productor de petróleo del tamaño de Irak y Catar juntos, según cálculos de los economistas de Commerzbank.
Como señala Edward Morse, del banco Citi, "el crecimiento de la producción de los Estados Unidos se ha convertido en un factor geopolítico decisivo en el mercado del petróleo".
Además, el país se ha convertido este año en el principal productor del mundo de hidrocarburos líquidos, superando a Arabia Saudita, líder histórico.
<INTERTIT> Demanda no logra alcanzar a la oferta
<BODY TEXT> El impacto del boom es indirecto, porque reduce drásticamente la necesidad de importaciones de Estados Unidos, obliga a sus proveedores a encontrar otros compradores y atiza la competencia.
El aumento de la producción de Estados Unidos ha tardado en impactar en los precios del petróleo, ya que durante mucho tiempo se vio contrarrestada por varias interrupciones de la producción de envergadura, como en Libia, explica Ole Hansen, analista de Saxo Bank.
Pero desde el verano, estos cortes en el suministro se redujeron significativamente y se hizo evidente que la demanda ya no puede crecer al ritmo de la oferta.
"El desarrollo económico no estimula tanto como antes el aumento de la demanda de petróleo, sobre todo en ausencia de crecimiento de los salarios. China, la principal fuente de aumento de la demanda de petróleo en los últimos años, está entrando en una etapa de desarrollo menos necesitada del petróleo", dijo la AIE.
Como resultado, "estamos entrando en un período de precios relativamente más bajos que los que hemos experimentado en los últimos 3 o 4 años", dijo Lasserre.
"Creemos que los bajos precios del petróleo están aquí para quedarse", coinciden expertos de Capital Economics.
Para Lasserre, sin embargo, esta nueva etapa "no va a durar 20 años".
"Ya podemos ver el inicio del próximo ciclo: con los precios más bajos, habrá un fenómeno de ajuste exactamente inverso", asegura.
"Es decir, un descenso de las inversiones" y "una recuperación de la demanda gracias a precios sensiblemente menos altos", añade el patrón de Belaco Capital./AFP