Bacrim, un enemigo derrotable | El Nuevo Siglo
Domingo, 2 de Octubre de 2011

Las siete organizaciones que sobreviven todavía son muy peligrosas, pero poco a poco las autoridades aumentan su eficacia para golpearlas.

 

152 municipios de 17 Departamentos. Esa es el área de operación de las llamadas “bandas criminales emergentes al servicio del narcotráfico” (‘bacrim’), sin duda, junto a la guerrilla, una de las mayores amenazas al orden público en todo el país.

 

Desde hace varios meses, el Gobierno y la Fuerza Pública vienen desarrollando la que se considera ofensiva institucional más ambiciosa lanzada contra estos grupos.

 

Se trata de los Planes Troya. Gracias a ello, a diario se informa de la captura o abatimiento de decenas de presuntos integrantes de estas bandas. Pero al igual que pasa con los nuevos ‘cartelitos’ del narcotráfico, tan pronto como un cabecilla, lugarteniente o personal de base es neutralizado por las autoridades, es reemplazado.

 

Las ‘bacrim’, que al comienzo sólo fueron vistas como un fenómeno de rebrote paramilitar de corto alcance y rango de afectación muy regional y localizado, hoy están señaladas tanto por Estados Unidos, la misma Interpol y autoridades europeas como poderosas y peligrosas organizaciones que combinan en sus modus operandi desde narcotráfico hasta lavado de activos, secuestros, extorsiones a gran escala, oficinas de sicariato y de ‘cobro’.

 

La Justicia norteamericana ya juzga a varios de sus cabecillas (extraditados por Colombia). En México y Centroamérica las investigaciones sobre las conexiones de los carteles que allí operan señalan a las ‘bacrim’.

 

Por lo mismo, el gobierno Santos delineó una estrategia focalizada en el combate a estas bandas, lo que ha permitido establecer una radiografía muy clara de las mismas, sus áreas de influencia, los ‘fortines’ por los que pelean a sangre y fuego con otras facciones y cuál es la estructura jerárquica que tienen, e incluso las ramificaciones con bandas de delincuencia común y pandillas. De allí que sea muy difícil establecer el número total de sus integrantes, pues algunos informes hablan de 4 a 5 mil efectivos, y otros sostienen que podrían llegar a 8 mil por sus ramificaciones zonales y barriales.

 

A través del “Plan Troya Caribe” puesto en marcha en febrero pasado por el Gobierno se ha trabajado principalmente en golpear las bandas que delinquen en el corredor en Córdoba, Sucre, Urabá Antioqueño y el Bajo Cauca Antioqueño.

 

El plan es integral y busca evitar que por la concentración de las operaciones en 19 municipios donde delinquen en este corredor estratégico, trasladen sus actividades ilegales a otras zonas.

 

Luego se activó, en mayo pasado, el Plan Troya Pacífico, destinado a enfrentar las bandas criminales que hacen presencia en los departamentos de Nariño, Cauca y Valle del Cauca.

 

Ya en julio, se anunció la creación de una tercera zona de intervención para combatir las bandas criminales, esta vez en los municipios del sur del Chocó.

 

De la estrategia de choque hacen parte la Policía, Fuerzas Militares, el DAS y la Fiscalía y cuenta con la colaboración activa de las redes de cooperantes, informantes y ciudadanía en general.

 

Hasta el momento los resultados son alentadores no sólo porque se frenó la expansión de las ‘bacrim’ en determinadas zonas, sino porque se logró esclarecer crímenes que causaron conmoción municipal, departamental o nacional, como los asesinatos de los estudiantes universitarios y dirigentes sindicales.

 

Los índices de asesinatos en las zonas en donde se han implementado los Planes Troya han disminuido progresivamente y las mismas autoridades regionales y locales admiten que poco a poco el temor de la ciudadanía disminuye, aunque las ‘bacrim’ continúan siendo una amenaza muy grave.

 

Perfiladas

 

Hoy es claro para las autoridades que las ‘bacrim’ son independientes y no cuentan con una estructura jerárquica ni piramidal a nivel nacional, pese a que quienes han buscado que el Gobierno abra una ventana de negociación con estos grupos insistan en que sí es posible crear una vocería única.

 

Aunque meses atrás se dijo que algunos de los cabecillas de estas facciones habían buscado una especie de ‘acuerdo’ para ‘repartirse’ las zonas de control y operación de cada una, los organismos de seguridad lograron establecer que la idea no prosperó porque la ‘guerra’ ha cobrado muchas vidas y los odios, desconfianzas, conjuras y traiciones son pan de todos los días.

 

Lo que más preocupa a los investigadores es el alto poder de infiltración local y regional que están alcanzando algunas de estas organizaciones delictivas, poniendo en ‘nómina’ desde funcionarios públicos y agentes del Estado hasta candidatos a las próximas elecciones del 30 de octubre.

 

La forma violenta en que han logrado dominar algunos bastiones territoriales les permite una alta capacidad de reclutamiento y movilidad. Cuentan con redes de cómplices flexibles que les facilitan el control de rutas de narcotráfico, microtráfico, extorsión localizada e incluso el control de cultivos de hoja de coca, marihuana, amapola y de los laboratorios enclavados en zonas rurales. Muchos antiguos ‘contactos’ de los grandes carteles ahora trabajan para estas bandas con el fin de facilitar el tráfico de las droga en puertos, aeropuertos y terminales de transportes.

 

13 mil capturas

 

De acuerdo con las cifras oficiales desde el 2008 a la fecha han sido abatidos 44 elementos de ‘bacrim’ y capturados casi 13 mil presuntos integrantes de las mismas.

 

Según el Director de la Policía, general Oscar Naranjo Trujillo, en coordinación con la Fiscalía han desvertebrado 26 estructuras en unas dos mil operaciones en 24 Departamentos.

 

Durante el pasado foro “Desafíos Criminales y Acción del Estado”, Naranjo Trujillo indicó que son siete las bandas que representan la mayor amenaza a la seguridad ciudadana en 152 municipios de 17 Departamentos.

 

Actualmente el combate de las autoridades está concentrado en “Las Águilas Negras”, “Los Rastrojos”, los “Urabeños”, “Los Paisas”, “Los Machos”, “Renacer” y “Ejército Revolucionario Popular Anticomunista de Colombia” (Erpac) y los llamados “combos” asociados a la “Oficina de Envigado”.

 

“Las bandas criminales son hoy la más alta prioridad y una amenaza a la seguridad ciudadana y por esta razón es necesario fortalecer la lucha contra estas organizaciones armadas al margen de la ley para contenerlas y someterlas al imperio de la ley”, indicó el alto oficial.

 

Para las autoridades lo hecho hasta el momento en esta lucha es muy bueno toda vez que actualmente solo hay siete ‘bacrim’ pese a que en 2008 eran 33 las estructuras de este tipo y operaban en más de 250 municipios de 23 Departamentos.

 

Naranjo Trujillo destacó que solo entre 2006 y 2010 fueron capturados y puestos a disposición de fiscales y jueces 68 cabecillas importantes de estas facciones delictivas.

 

Y, en lo corrido del presente año han sido capturados 2.203 supuestos integrantes de las bandas.

 

El Director de la Policía es consciente de que las ‘bacrim’ son responsables de una ola de asesinatos selectivos en varias regiones del país, especialmente en Córdoba.
Reveló que en el 2010 se registraron "una veintena de masacres y, al menos, 14 fueron obra de esas bandas”.

 

Alianzas

 

El conocimiento a fondo que las autoridades tienen ya del modus operandi de las ‘bacrim’ permite establecer claramente que existen plenas relaciones entre éstas y las guerrillas de las Farc y el Eln, especialmente, en el sur del país.

 

Señalan las agencias de seguridad que “las ‘bacrim’, como las guerrillas, evitan la confrontación directa con la Fuerza Pública e incluso mutaron su accionar con pequeñas células o grupos para hacerse invisibles frente a las autoridades”.

 

Igualmente está claro que estas organizaciones no sólo han ocupado las zonas en que operaban muchos de los bloques paramilitares desmovilizados sino incluso territorios de donde la Fuerza Pública logró sacar a los grupos subversivos.

 

“Cada día son más fuertes no sólo por el narcotráfico, la extorsión, el contrabando, el robo de gasolina y el manejo de muchos negocios ilegales, sino por la permanente incorporación de jóvenes que en muchos municipios y ciudades no tienen otra opción, pues no consiguen trabajo ni acceden a oportunidades de educación”, dijo un investigador encargado en el último año de perfilar el accionar de estos grupos.

 

Muchos menores son utilizados como ‘campaneros’, es decir adelantar labores de vigilancia para alertar sobre desplazamientos de los investigadores de la Policía, de la Fiscalía, del DAS y de las Fuerzas Militares. Luego pasan a ser ‘correos humanos’ y después se convierten en sicarios.

 

El ‘reclutamiento’ de menores por parte de las ‘bacrim’ es muy preocupante. Para la representante Especial de Naciones Unidas para los Niños y los Conflictos Armados, Radhika Coomaraswamy, la situación es grave.

 

“Este tema inquieta, pues en el último informe anual del Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, sobre la situación de los niños en los conflictos armados, se denuncia que grupos armados al margen de la ley como las Águilas Negras, el Erpac, Los Rastrojos, Los Paisas y Los Urabeños continuaron reclutando y usando menores para sus actividades delictivas”.

 

A su turno, el Representante del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Christian Salazar, dijo que las bandas criminales vienen cometiendo "homicidios, amenazas, extorsiones y actos de violencia sexual, y provocan desplazamientos forzados individuales y colectivos".

 

Extradición, el coco

 

Contrario a lo que pasa con algunos de los ‘narcos puros’ capturados, que ahora prefieren ir a una cárcel en EU que quedarse en Colombia, a los cabecillas de las ‘bacrim’ los sorprendió la forma rápida en que EU los puso en la mira y giró las primeras solicitudes de extradición.

 

“Los cabecillas de las ‘bacrim’ le tienen mucho miedo a la extradición, más aún cuando se dieron cuenta que los indicment en la justicia estadounidense eran muy puntuales sobre algunos de ellos y les acusaban de traficar toneladas de cocaína… Es claro que muchos de los extraditados años atrás o recientemente los han vendido para ganar rebajar en EU”, precisó una alta fuente del Ministerio de Defensa.

 

El director de Investigación Criminal e Interpol de la Policía, general Carlos Ramiro Mena Bravo, reveló que entre los numerosos extraditados de las bandas se encuentran altos, medios y bajos mandos.

 

Entre los entregados a las autoridades norteamericanas están Jorge Alberto Rengifo López, alias Cacerolo o Pachito, el hombre de confianza de los hermanos Javier Antonio y Luis Enrique Calle Serna, conocidos como Los Comba y cabecillas de Los Rastrojos, en los temas de adquisición de armas y movimiento de grandes cantidades de cocaína.

 

Cacerolo era conocido como “Señor de la guerra” ya que había ingresado al país más de cuatro mil fusiles de fabricación china, municiones y accesorios bélicos. “La Policía Nacional logró el decomiso de mil cien de estos fusiles en diferentes operativos”, precisó el oficial.

 

El señalado cabecilla fue extraditado junto con otros siete presuntos integrantes de bandas acusados de narcotráfico y lavado de activos.

 

Otro extraditado es Orlando Prieto, supuesto "coordinador de pilotos de la mafia" que servían a varias bandas.

 

Como se ve, si bien las ‘bacrim’ continúan siendo una amenaza en muchas regiones del país, a diferencia de lo que pasaba el año anterior, hoy se puede afirmar que su proceso de expansión se desaceleró y que la presión de la Fuerza Pública y la Justicia logró contener su peligroso crecimiento. Sin embargo, todavía falta mucho por hacer y no se puede bajar la guardia, dado el alto nivel de reciclaje y mutación de estas organizaciones delictivas.