Armenia dijo estar preparada para la guerra contra Azerbaiyán después de que Bakú indultara y promoviera a un oficial azerí condenado a cadena perpetua por haber decapitado a un militar armenio.
El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliev, indultó a Ramil Safarov nada más llegar éste al país el viernes, extraditado desde Hungría, donde cumplía cadena perpetua por este asesinato perpetrado en 2004.
Acogido como un héroe, Safarov ha sido elevado al rango de teniente coronel mayor, recibió una vivienda y el pago de su salario por los ochos años pasados en Hungría, a pesar de que Bakú aseguró a Budapest que el oficial cumpliría su pena de cárcel en Azerbaiyán.
"No queremos la guerra, pero si nos vemos obligados, lucharemos y ganaremos", declaró el presidente armenio, Serge Sarkissian, en un comunicado emitido el lunes en su web.
Sarkissian denunció a Azerbaiyán como "un país en el que se ordena ilegalmente la puesta en libertad y se glorifica públicamente a cualquier bastardo que mató a gente simplemente por ser armenia".
Safarov había decapitado a Gurgen Margarian mientras dormía, durante un curso organizado en Budapest por la OTAN para militares originarios de países de la extinta URSS.
Después de su extradición, Armenia anunció que suspendía sus relaciones diplomáticas con Hungría.
El presidente estadounidense, Barack Obama, dijo estar "muy preocupado" por la decisión de Bakú de indultar a este soldado.
El domingo, el gobierno húngaro convocó al embajador de Azerbaiyán en protesta por el "inaceptable" indulto acordado al preso.
Armenia y Azerbaiyán se disputan desde hace años el control de la región de Nagorny Karabaj. Pertenecía a Azerbaiyán durante el periodo soviético y proclamó su independencia, no reconocida por la comunidad internacional, después de una guerra que dejó 30.000 muertos y cientos de miles de refugiados entre 1988 y 1994.
Se firmó un alto el fuego en 1994 pero Bakú y Ereván no logran ponerse de acuerdo sobre el estatuto de la región.