El gobierno boliviano aseguró que el avión LaMia que se accidentó en Colombia y dejó 71 muertos, principalmente del equipo brasileño Chapecoense, sí contaba con cobertura de seguro, y aclaró que verificará la documentación al respecto.
"Tiene un seguro vigente hasta el próximo año y esa es la documentación que hemos verificado", afirmó el ministro de Obras Públicas y Transporte, Milton Claros, citado por la radio Fides.
Las afirmaciones del ministro responden a la información que entregó el jueves la empresa Bisa Seguros y Reaseguros, que indicó que LaMia "no tiene cobertura de seguro", sin dar razones. El canal internacional de noticias CNN reveló, citando documentación de Bisa, que la póliza estaba suspendida por impago desde casi un mes antes del siniestro, que ocurrió en noviembre del año pasado.
La empresa LaMia está intervenida por la Fiscalía, mientras uno de sus dueños, el piloto Miguel Quiroga, falleció en el siniestro y otro propietario se encuentra presuntamente en Paraguay. La línea aérea operaba con aviones alquilados y el único activo era el que se accidentó.
Entre tanto, Bisa estableció un "fondo de asistencia humanitaria" para las familias de los fallecidos y los sobrevivientes, "sin ninguna admisión de responsabilidad", según dijo la compañía.
El ministro Claros recordó que el gobierno hizo una investigación y que ha "verificado la documentación y tomado acciones contra los que tenían responsabilidades", principalmente una decena de funcionarios de Aasana (Administración de Aeropuertos y Servicios a la Navegación Aérea) y de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC).
"Vamos a verificar" la última información, acotó la autoridad.
Entre los 71 fallecidos estaba la mayoría del plantel del equipo de fútbol brasileño, mientras cinco personas sobrevivieron al siniestro que causó conmoción mundial.
El plantel debía llegar a Medellín para disputar la primera final de la Copa Sudamericana ante el Atlético Nacional.
Una investigación de las autoridades aeronáuticas colombianas estableció que la aeronave tenía combustible limitado para cubrir la ruta entre la ciudad boliviana de Santa Cruz (este) y el aeropuerto José María Córdova de Rionegro, que sirve a Medellín.